No te pierdas: Criando Malvas

De vez en cuando, en ese continuo bombardeo de nuevas series al que nos someten las cadenas temporada tras temporada, surge una en particular que destaca sobre las demás de forma especial, ya sea por su guión, por sus personajes… o directamente porque todo lo que hay en ella es diferente. Este último es el caso de Criando Malvas, una rareza visual y argumental que, a pesar de haber tenido mala acogida entre el público y una prematura cancelación, entra dentro de nuestro must see de series y ocupa un lugar muy especial en nuestro corazoncito.

Ficha técnica:

  • Nombre: Pushing Daisies, traducido al español como Criando Malvas.
  • Género: Drama, humor y fantasía.
  • Temporadas: 2
  • Número de capítulos: 22
  • Creador: Bryan Fuller.
  • Producción Ejecutiva: Barry Sonnenfeld, Brooke Kennedy, Bruce Cohen, Bryan Fuller y Dan Jinks.
  • Reparto: Lee Pace (Ned, «El pastelero»); Anna Friel (Charlotte «Chuck» Charles); Chi McBride (Emerson Cod); Kristin Chenoweth (Olive Snook); Ellen Greene (Vivian Charles); Swoosie Kurtz (Lily Charles).

Descrita por su autor, Bryan Fuller, como “un cuento de hadas forense”, Criando malvas mezcla la fantasía y las historias detectivescas con un particular sentido del humor ácido y un trasfondo romántico… vamos, rizando el rizo.

El protagonista de la historia es Ned, un pastelero que posee el extraño don de resucitar a los muertos (personas, animales e incluso plantas) con sólo tocarlos. Sin embargo, su poder no está exento de salvedades: si vuelve a tocarlos de nuevo mueren de forma definitiva y si les deja vivos más de un minuto la persona más cercana muere como compensación kármica. Por si el pobre Ned no tuviera suficiente con eso y con llevar para adelante su cafetería, “The Pie Hole”, un día se cruza en su camino Emerson Cod, un detective con afición a hacer calceta, que descubre por casualidad su don y le obliga a hacer un trato a cambio de no revelarlo. Desde ese momento los dos se convierten en socios, resolviendo crímenes a cambio de la recompensa. ¿Cómo? De una forma muy sencilla, Ned toca a las víctimas, resucitándolos durante un minuto, de forma que puede preguntarles directamente quién fue su asesino. Coser y cantar.

Sin embargo, en el trasiego habitual de sus investigaciones aparece de repente un caso que complica la situación. En esta ocasión la víctima resulta ser Charlotte “Chuck” Charles, el amor de la infancia de Ned del que se vio amargamente separado al ser internado en un colegio. Después de debatirse mucho consigo mismo, el pastelero decide aprovechar la segunda oportunidad que le brinda el destino y mantenerla con vida, aunque por supuesto no puede volver a tocarla o ella morirá para siempre.

Poco a poco vemos desarrollarse una trama compleja que mezcla los casos que van resolviendo Emerson y Ned (ahora con la inestimable ayuda de Chuck como tercera socia), con trazos del pasado de los protagonistas; y el triángulo amoroso entre el pastelero, su camarera, Olive Snook, y la susodicha muerta en vida. Un coctel que mantiene al espectador totalmente enganchado en cada capítulo.

Color, muerte y pasteles

Lo que más llama la atención de esta serie, sin duda, es su particular estética, caracterizada por su gran colorido, y su narrativa visual, frecuentemente comparada a la de películas como Amelie o Big Fish. Ya de por sí, el hecho de que se utilicen este tipo de recursos, más propios de la pantalla grande, le otorga una gran calidad y originalidad.

Pero lo mejor de todo es el tremendo contraste que existe entre esta imaginería totalmente onírica y los temas tan oscuros que se tratan: asesinatos, dilemas morales sobre la vida y la muerte, infancias traumáticas y rechazo amoroso. Todo ello llevado con mucho humor negro e imaginación, que destaca sobre todo a la hora de desarrollar y resolver unos casos a cuál de ellos más rocambolesco.

El tremendo elenco que forma el reparto de la serie concuerda a la perfección con el gran desarrollo de los personajes dentro del guión. Por nombrar a los más importantes, Anna Friel en el papel de Chuck llega a picos de adorabilidad imposibles, y Ned, en la cara de Lee Pace, es el hombre que toda madre querría como novio para su hija. Hasta Emerson (Chi McBride), que se supone que es el aguafiestas, termina por convertirse en uno de tus favoritos.

Finalmente, a título personal, uno de los alicientes de Criando Malvas es la posibilidad de oír cantar a la encantadora Kristin Chenoweth, que ya hizo sus pinitos dentro de las series con una aparición estelar en Glee, aunque es mundialmente conocida por su papel como Glinda en el popular musical de Broadway, Wicked.

Después de esta retahíla de alabanzas os preguntaréis si puedo decir algo malo sobre esta serie. La respuesta es sí, que está sin terminar. Tras la crisis de los guionistas en Estados Unidos, Criando Malvas no sobrevivió para ver una tercera temporada,  y ya ni siquiera el toque de Ned ha conseguido revivirla. A pesar de este inconveniente os recomiendo encarecidamente que le echéis un vistazo. Sin embargo, os advierto, recordad verla con un trozo de pastel al lado, porque, creedme, os va a dar antojo.

Bon appètit!

Artículo escrito por: Catoute

6 comentarios

  1. Y ya que estamos nos damos un garbeo por Wonderfalls, del mismo creador, con Lee Pace y una prota rechula…
    Felicidades por el blog. Me gusta y regusta!!

  2. ojala pudieramos hacer que regresara la serie es una de las mejores que he visto!!! sin duda… lastima por lo sucedido si algo pudieramos hacer sus fans seria como devolver la vida a quien nos inyecto un poco con esta serie

  3. […] pastelero a rey de los elfos del Bosque negro… sólo que nos caía mucho mejor en ‘Pushing Daisies (Criando Malvas)’ que en ‘El Hobbit: La desolación de Smaug’. También pudimos verle en ‘Wonderfalls’, […]

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