Seamos sinceros y directos: Terra Nova es mala. Para lo que se anunciaba, se pretendía y se esperaba deja mucho que desear. Tiene una producción gigantesca pero no deja  de ser  una mezcla mala entre Avatar y Parque Jurásico. Tarda mucho en empezar, los personajes  son lo más arquetípico que te puedes encontrar, abusa de los efectos especiales y las tramas intentan abarcar a todo el público, incluido niños. Aún así quieres seguir viéndola, solo son los primeros episodios y quieres saber a dónde nos lleva y qué quiere contar.

Terra Nova está producida por Steven Spielberg así que contábamos con ese sentimentalismo característico suyo. Contábamos con la familia nuclear que soluciona sus problemas unida. Esperábamos más del guión y de la historia, al fin y al cabo se ha vendido cómo uno de los estrenos más esperados de la temporada, y esperábamos que los efectos especiales no cantaran tanto.

En cuanto a los personajes no hay nada original en ellos: tenemos a la madre científica inteligente, al padre poli burraco,  al hijo mayor enfadado con todo el mundo que en el minuto uno llora preocupado por su padre y en el minuto dos le odia,  a la hija mediana sabelotodo enamoradiza que le gusta el colegio y a la niña pequeña inocente y adorable formando la familia protagonista. Luego tenemos al comandante encargado del campamento que es un líder duro y comprensivo a la vez y que guarda un secreto a la comunidad. Quién se supone se preocupa por las reglas pero en cuanto aparecen dos polizones les deja que hagan lo que quieran. Y a la chica rebelde e independiente que debería caernos bien pero lo único que queremos es que se la coma un dinosaurio.

Aún así Terra Nova nos gusta, porque solo es el principio y no sabemos lo que puede llegar a dar, porque todos tenemos nuestros guilty pleasures, esas series que son malas, que no te aportan nada pero que te entretienen y te gustan y porque al menos intentan hacer algo nuevo.