Suburgatory es una comedia que arremete contra todo lo que se mueve, en especial los barrios pijos residenciales. Dónde las mujeres se rigen por patrones de plasticidad y delgadez y los hombres por bronceado naranja y musculatura. Hace una caricatura de estas zonas, con chistes que hacen gracia por lo exagerados que son.

La serie cuenta como una chica de 15 años y su padre se mudan de Nueva York a las afueras de la ciudad cuando el padre ve una caja de preservativos en la habitación de la adolescente. El título es la unión de las palabras inglesas suburb y purgatory, hace referencia a que el castigo, o purgatorio de la chica es irse a vivir a una zona residencial.

El problema de Suburgatory es que puede ser muy cargante y estira demasiado los tópicos. Por una parte esa es la gracia de la serie, jugar con los clichés y llevarlos hasta el extremo. Por otra, puede caer en lo absurdo, no es posible que te creas que a la chica le gusta un chico, por muy guapo que sea, cuando es un zopenco y da grima. Los únicos personajes normales son el padre y la hija, que ven con estupor e ironía lo que les sucede alrededor. Los demás están tan llevados al extremo que tenerlos más de dos minutos en pantalla cansa y el chiste deja de tener gracia. Pero solo son los dos primeros episodios de una nueva serie, puede mejorar.

Aún así Suburgatory tiene sus puntos a favor: te ríes. La relación padre e hija, aunque ya se ha visto en otras series como Castle o Las Chicas Gilmore, hace gracia, gusta y funciona. La protagonista, interpretada por Jane Levy (Shameless), no es tonta y te puedes identificar con ella. Y ver a Jeremy Sisto (37, Ley y Orden)  en un papel totalmente distinto a los que suele hacer es un gusto, igual que ver a Alan Tudyk (40, Transformers 3: el lado oscuro de la luna) y Cheryl Hines (46, Larry David) en la pequeña pantalla.