¿Pensábais que un malo de película no ensaya sus poses más escalofriantes frente a un espejo? ¿Que les sale de forma natural simplemente por no tener nariz y una piel que no ha visto el sol desde hace décadas? Pues no señor, o al menos no en el universo Lego.

Siempre me ha impresionado la inagotable capacidad de TT Games para hacer reír al jugador con los vídeos de su ya extensísima franquicia basada en las figuritas de Lego, y más teniendo en cuenta que en ninguno de ellos se dice una sola palabra. La mímica y la expresión corporal crean la magia acompañados por alguna que otra exclamación, un recurso que ha funcionado a las mil maravillas en los títulos basados en Piratas del Caribe, Star Wars, Batman, Indiana Jones y demás, haciendo especial mención al bueno de Jack Sparrow cuya representación encajaba como anillo al dedo al personaje.

Pero creo que entre todos estos juegos el que más ha destacado por su calidad es sin duda el de Harry Potter. La excelente recreación del castillo de Hogwarts en forma de mundo abierto, los hechizos, las reconstrucciones de las fichas con la varita y en general un diseño muy acertado y una jugabilidad a estas alturas muy depurada hacían de esta aventura la mejor de todas. Eso sí, como en la primera parte vivímos las peripecias del joven mago en sus primeros cuatro años en la escuela, a finales de noviembre llegará a las tiendas una segunda parte que abarca del quinto al séptimo. Dado cómo se desarrollan las últimas película sobre todo por la gran variedad de escenarios seguramente haya sido más difícil de realizar, pero su excelente precedente bien vale un voto de confianza.

Harry Potter: años 5-7 ya nos va dejando algunos vídeos promocionales de esos que nos dejan una sonrisa en la cara. El último de ellos está protagonizado por un Lord Voldemort (¡perdón, que a lo mejor no le podía nombrar!) concentrado en conseguir una buena imagen frente al espejo que haga justicia a su tenebrosa reputación. Claro, que al final se le va un poco de las manos y a Bellatrix no le queda más remedio que poner algo de orden. Su cara de todos modos es un poema.