¿Qué pasaría si un escándalo financiero como el de Bernard Madorff salpicará a París Hilton y se quedará absolutamente sin nada de dinero? Pues probablemente que acabaría como Caroline (Beth Berhs, 26, Castle), una de las protagonistas de la nueva serie de la CBS y que en España se puede ver en TNT. ¿Pero donde va a parar la pobre niña (ex) rica?
Pues ni más ni menos que a trabajar de camarera en una cafetería en Brooklyn, donde conocerá a Max (Kate Dennings, 25, Thor), el otro personaje principal de la serie. La vida de Max no es fácil. Mujer de carácter sarcástico, proviene de familia pobre y es un personaje que se caracteriza por buscarse la vida como puede. De hecho combina su trabajo como camarera con el de niñera de dos bebes llamados Brad y Angelina (o Brangelina), hijos de una familia pija, de la que sólo conocemos a la madre y es una mujer bastante simplona y superficial.
Tras descubrir que su novio le pone los cuernos, Max decide echarlo de casa e invita a Caroline a que viva con ella. Pero no sólo será ella su nueva inquilina, también su caballo Chesnutt, el único lujo que le queda, convivirá con ellas en el jardín de su casa, una situación que ya de por sí da algún que otro momento cómico a la serie.
Como ya he dicho, Max se caracteriza por saber sacarse las castañas. Día tras día se dedica hacer pasteles que luego se sirven en la cafetería. Ya desde el episodio piloto, descubrimos que su gran sueño es montar su propia pastelería donde pueda vender sus magdalenas. Caroline, como buena hija de financiero que es (aunque este encarcelado por estafa), tiene talento para los negocios y anima a Max a que cumpla su sueño con su ayuda. Por ello al final de cada episodio, vemos como varía la cantidad de dinero que quieren invertir para la tienda según lo que llevan gastado o ahorrado. Es un punto curioso de la serie.
Aparte de las dos protagonistas, la serie cuenta con varios secundarios que le dan cierta vidilla a la comedia. Entre ellos destaco a los compañeros de trabajo de las chicas, Oleg el cocinero ucraniano salido, Han, el jefe chino con ideas continuas para “mejorar” el negocio (en uno de los episodios monta un flash mob) y Earl, el cajero del restaurante que es el único cuerdo junto con las chicas.
La serie en general no es una gran comedia, pero si tiene ciertos momentos divertidos que te sacan una sonrisa, en parte por la buena química que existe entre Max y Caroline, dos personajes completamente diferentes pero que forman una buena combinación. Habrá que ver como se desarrolla su primera temporada, renovada hace poco, y comprobar si es posible continuarla para una segunda. Estaremos atentos.
Artículo escrito por: Laura Palmer