Análisis: Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio

Tintín el videojuego

La película recién estrenada sobre las andanzas del audaz reportero creado por el genial Hergé ha propiciado el lanzamiento de un nuevo videojuego protagonizado por el personaje (¿alguien se acuerda del entretenido Tintín en el Templo del Sol?) que, si bien se basa en la historia del filme, que a su vez mezcla libremente los guiones de El secreto del Unicornio, El tesoro de Rackham el Rojo y El cangrejo de las pinzas de oro, también opta por coger de aquí y allá los elementos que más le interesan para construir un relato un poco acelerado pero muy entretenido y simpático.

De este modo en el juego encontramos referencias a muchos otros álbumes del autor, de los que se sacan incluso algunos fragmentos de los diálogos, e incluso recupera algunos de los personajes desechados para la película, como son los hermanos Pájaro, unos de los principales villanos obsesionados por encontrar las tres maquetas del barco Unicornio para así hacerse con los secretos que guardan en su interior, y prescinde de otros precisamente creados para la adaptación a la gran pantalla. Es muy curioso por tanto que los chicos de Ubisoft hayan preferido basar el título en las historietas originales pese a mantener la estética con la que Spielberg ha llevado al personaje a la gran pantalla. Sea como sea, el espíritu aventurero de la saga ha quedado bien reflejado.

Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio me ha recordado mucho a la esencia retro de juegos como Elevator Action, con esas fases llenas de puertas en las que entras por una y sales por otra un piso más arriba o más abajo, y a otras producciones de la misma desarrolladora como el remake de Prince of Persia, un juego que utilizaba un motor y unas texturas en 3D para luego aplicarlas a unos escenarios llenos de escaleras y enemigos por los que se avanzaba desde un punto de vista básicamente 2D.

Es sin duda alguna el aspecto más conseguido de este título, fases llenas de pasillos y túneles por los que avanzar activando mecanismos y saltando de plataforma en plataforma con algunas estancias repletas de personajes hostiles a los que deberemos ir eliminando peleando a puñetazos, dejándolos sin sentido utilizando el sigilo o haciendo uso sabiamente de elementos a nuestra disposición como botellas explosivas, cáscaras de plátano o pelotas de playa que rebotarán en el escenario para alcanzar por la retaguardia a aquellos mejor fortificados.

A veces para alcanzar nuestros objetivos deberemos dejar que nuestros compañeros nos presten ayuda, ya sea el capitán Haddock, físicamente mucho más fuerte, o nuestro fiel Milú, capaz de colarse por cualquier abertura para abrirnos paso o de seguir un rastro para saber por dónde continuar.

Sin embargo el juego no se limita a esta fórmula, pues entre estos niveles se intercalarán otros que sí serán tridimensionales y que potenciarán la exploración, la conversación con algunos personajes e incluso la resolución de puzzles, bastante simplones, que se resolverán con el uso del stick. Algunos de ellos sirven como nexo entre los diferentes tramos de un mismo capítulo y dan la sensación de estar de relleno, otros serán bastante más entretenidos como los flashback de Haddock sobre su antepasado Francisco de Hadoque, que nos sumergirán en una batalla naval en la que tendremos que hacer frente a los piratas del temible Rackham El Rojo. Son niveles sobre raíles que procuran ser lo más cinematográficos posibles y en los que sólo nos tendremos que preocupar de atacar con nuestro sable y detener los golpes de nuestros adversarios para acabar con ellos cuando bajen la guardia.

No se puede decir que no sea un juego variado, pues a las fases de plataformas, a las de los duelos y a la resolución de enigmas se les unen otras en las que podremos manejar vehículos (una avioneta o una motocicleta con sidecar) y disparar desde ellos que gozan de un buen control. Además, en la versión de Ps3 analizada, en algunos momentos podremos opcionalmente utilizar el sensor de movimiento Move, que funciona con una excelente precisión y que ha sido bien implementado, por lo que no está nada mal como extra.

No, no podemos decir que Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio sea repetitivo en cuanto a estilos de juego o localizaciones, pues a pesar de que iniciaremos nuestra investigación en el castillo de Moulinsart, más tarde viajaremos a lugares como exótico Baggar o una lúgubre isla en la que una vez más los desarrolladores se han dejado inspirar por las historietas, esta vez concretamente en La isla negra. En cambio sí es un poco reiterativo en las mecánicas y en los objetivos a superar, teniendo la sensación de que estamos derribando una y otra vez las mismas oleadas de enemigos con la metralleta de nuestra avioneta o que las cáscaras de plátano son nuestras mejores aliadas para hacer caer una y otra vez a nuestros adversarios más complicados. Algunas fases contra jefes finales irán evolucionando también de un mismo concepto, por lo que una vez superemos la primera sabremos cómo salir del apuro en la siguiente, aunque en parte esto parece hecho a propósito, pues superar una y otra vez los desafíos de la misma manera hará que cojamos mucha práctica y los más pequeños lo agradecerán para ir avanzando con mayor facilidad. Y es que en general nos encontramos con un juego muy fácil en los combates (las luchas a espada a veces se superan casi sin querer) y en las secciones de plataformas, aunque en todo caso resultan divertidas de principio a fin.

Aunque superar la historia principal no lleva mucho tiempo (yo tardé unas 4 horas recogiendo una gran cantidad de ítems), si queremos descubrir todos sus secretos deberemos repetir algunos niveles, lo cual se hace con agrado, o ir con mucho cuidado explorando cada rincón de los escenarios que a veces pueden parecernos algo laberínticos y que recompensarán el probar diferentes rutas antes de continuar a la siguiente sección y que a buen seguro nos llevarán a uno de los múltiples cofres que hay repartidos y que guardan los preciados cangrejos de oro. Además, desde el menú principal el juego nos ofrece el modo cooperativo ‘Tintín y Haddock’, en el que a través de una ensoñación del capitán deberemos superar varias pruebas solos o con un amigo, instándonos a colaborar para avanzar haciendo uso de las distintas habilidades de cada uno pero también rivalizando por ser el que más monedas recoja. Los escenarios son más caóticos pero las mecánicas serán las mismas que las de la aventura principal. Ah, y ojo para los que lo prueben antes de haberla superado, los acontecimientos de esta modalidad se sitúan una vez ha finalizado el resto de la historia, por lo que jugarla nada más comenzar puede darnos pinstas fundamentales del final de la misma que muchos querrán evitar.

Visualmente se trata de un juego muy atractivo, pues utiliza una paleta de colores muy variada y atractiva, siempre acorde a la de la película, por lo que realmente llama la atención. Sin embargo, analizándolo con más detalle, comprobamos que el juego no exprime los recursos de las consolas de nueva generación y la definición de algunos personajes podría haberse mejorado mucho. Sin embargo estos defectos, palpables en las escenas que conducen la historia o en aquellas que nos acercan al personaje en los entornos tridimensionales, se disiparán en la mayor parte del juego, es decir, cuando el punto de vista lateral nos muestra unos escenarios más desplegados y unos personajes más reducidos. Es ahí cuando el juego sorprende con un apartado técnico muy sólido.

En el apartado sonoro la música, que aprovecha la partitura creada por John Williams para la película, enriquece la producción mientras que el resto de efectos, los golpes, el motor de la avioneta… aciertan de igual modo en parte por su sencillez. He de decir que el juego ha sido perfectamente doblado al castellano, cosa que se agradece sobre todo pensando en el público al que va dirigido, aunque las voces nos dan una de cal y otra de arena. Si bien algunas como la de Haddock están muy bien conseguidas y encajan a la perfección con el personaje, otras no tanto, como por ejemplo la de Tintín, cedida por el mismo doblador que hace la de Sheldon Cooper en la serie The Big Bang Theory y que no sé si es por asociación pero resulta bastante irritante por su agudeza.

En conclusión, este juego de Tintín ha sido hecho con cariño y seguro que gustará a los más jovenes, pues no es demasiado desafiante para los ‘jugones’. Divertido y atrayente, solo está lastrado por un apartado técnico en ocasiones algo desaprovechado y unos desbloqueables que podrían haber incluido algo más que información sobre los personajes y lo vídeos del propio juego. De todos modos esperemos que la ‘tintinmanía’ no desaparezca pronto y podamos vivir más de las peripecias del joven aventurero desde nuestro salón.

NOTA: 6,7

 

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