Tal y como terminó el último episodio de Cómo conocí a vuestra madre, ¿cuántos nos quedamos con ganas de más? Es muy posible que la gran mayoría. ¿Qué es lo que nos ha deparado este décimo episodio?
Nada más empezar, la voz en off de Ted dice que el tiempo se mueve a diferentes velocidades. Tiene razón y en este episodio vemos confirmada esta afirmación. En “Tick, tick, tick” salimos de dudas y descubrimos lo que ha ocurrido entre Barney y Robin. Lo que muchos fans de la pareja ansiaban, ocurrió. Volvieron a liarse. Bastante inseguros, no saben como manejar la situación de haber sido infieles a sus parejas y no saben si decirle la verdad o no a Nora y a Kevin.
La situación es tensa porque encima los cuatro deben asistir a una cena en un crucero, organizada por el trabajo de Robin y Nora. Durante la cena, el sentimiento de culpabilidad de ambos aumenta de tal manera, que hasta alucinan con que la orquesta, en forma de canción, le echa en cara lo que han hecho.
Ante tal presión, Barney le confiesa a Robin que sigue pensando en ella y esta dispuesto a cortar con Nora y volver a intentarlo, por lo que ambos deciden contarle la verdad a sus respectivos. Pero el karma a veces es muy puñetero y un pequeño accidente provoca que Kevin tenga que ir a urgencias y Robin ha de acompañarle. Así que ambos llegan a un acuerdo, una vez que hayan bajado del crucero, romperán con Kevin y Nora y se encontrarán a medianoche en McLaren’s para hablar de su relación.
Una vez fuera del barco, el karma sigue haciendo de las suyas. Cuando Barney y Nora llegan al apartamento de esta, se encuentran, por sorpresa, con los padres de ella, a los que el rubio trajeado iba a conocer al día siguiente. Mientras, en el hospital, Kevin le dice a Robin que la quiere. Y ahora se admiten las apuestas ¿Quién de los dos tendrá las agallas de romper? ¿Barney o Robin? ¿Los dos o ninguno?
Mientras tanto la parte más cómica del episodio recae sobre el trío calavera. Ted, Marshall y Lily tienen entradas para asistir a un festival de música. Para seguir con la tradición Ted, anima a Marshall a fumarse un par de porros de maría (o lo que es lo mismo, comerse unos emparedados) durante el concierto. Aunque al principio no quiere, Marshall al final acaba cediendo. Antes de empezar el concierto, Lily les pide que vayan a comprar unos nachos. Colocados, Ted y Marshall emprenden un viaje psicotrópico que les hace perder la noción del tiempo y el espacio por los pasillos del recinto del concierto. Al final lo que parece que ha sucedido en dos horas, sólo ha sucedido en un par de minutos.
Retomando el tema de Barney y Robin, descubrimos quién ha sido el que ha cumplido con lo acordado. Contra todo pronóstico, sólo Barney ha sido el único que ha dado el paso de cortar con Nora. A medianoche, Robin, aparece junto a Kevin, y le hace un gesto a Barney, negándole que haya roto con él. Un gesto que dura un segundo pero que para Barney le parece una eternidad. Al final del episodio, vemos como Ted descubre a Barney recogiendo las velas y los pétalos de rosas que había dejado encima de la cama de Robin.

Ha sido un final a mi parecer un poco triste. Aunque Kevin, me cae bien y me parece un buen tío, no me ha parecido bien la actitud de Robin y cómo ha dejado a Barney, aunque eso sí, me alegro que este, haya cortado con Nora. Confieso que no la soporto. ¿Cómo se solucionará este enredo? Hasta la semana que viene no lo descubriremos.
Artículo escrito por: Laura Palmer