Zoom a: Sons of Anarchy. Temporada 4. Episodio 11

“Call of Duty”, así se llama el onceavo capítulo de esta cuarta temporada de SOA, y vaya si han elegido bien el nombre. Preparaos porque en Charming se ha declarado una auténtica guerra.

¿Contra quién? Contra todo el mundo, pero sobre todo contra Clay, que ya está viendo cómo su pequeño castillo de mentiras se le desmorona sobre la cabeza a velocidades alarmantes. Para empezar, después de la paliza que propina a Gemma, ya ha perdido definitivamente la confianza de Unser, junto con la de Jax y Tigs, que son los siguientes en ver los moratones sobre la cara de matriarca. Además, el intento de hundir los planes del alcalde Hale también le sale por la culata, por culpa de sus chanchullos con los inversores de Georgie Carusso. Al final no tienen más remedio que cargarse al “Rey del porno”, que por fin confiesa haber tomado parte en el asesinato de Luann Delaney, aunque por accidente.

Los de Galindo realizan una incursión contra Lobo Sonora al más puro estilo guerra de guerrillas. Por supuesto, Jax pide estar en primera plana para poder vengarse de los que intentaron secuestrar a Tara. El resto le siguen en un acto de hermandad, pero cuando están en plena operación se dan cuenta de que aquello es más serio de lo que parece. Pero serio, serio. Ametralladoras, tácticas de trinchera y hasta minas antipersona, escondidas en medio del bosque por el cartel. La cosa acaba más o menos bien para los SOA, aunque con una baja: Kozik, el chico de Tacoma pisa una de las minas y termina volando por los aires a cachitos, en una escena un tanto bizarra, en la que uno de sus brazos cae justo en el regazo de Juice.

Y es que al pobre Juice no paran de caerle marrones y está un poquito hasta las narices, la verdad. Chibs decide coger el toro por los cuernos y hablar con él seriamente, así que Juice no tiene más remedio que contarle la verdad, o más bien casi toda. Termina confesando que su padre es negro y Chibs se le echa a reír diciéndole que importa un carajo que su padre sea negro, chino o esquimal, que de SAMCRO no le va a echar nadie por eso. Impagable la cara de Juice, una mezcla entre alivio y “dios mío, la que he liado por esta gilipollez”.

Otra que también está rozando su límite es Tara. Si no era suficiente con lo de su mano, ahora encima recibe una visita inesperada al hospital. Wendy, la ex de Jax y madre de Abel ha regresado a la ciudad reformada y con propósito de enmienda: quiere llegar a conocer a su hijo, a pesar de haber renunciado a criarle. Tal como llega se va, con lo que Tara tiene un ataque de ira y comienza a autolesionarse en la mano.

El episodio se cierra con una impresionante escena en la que Opie descubre el cadáver de su padre en la cabaña. En medio de su desolación, aparece Wayne que le señala directamente a Clay como responsable directo del asesinato de Piney y añade que hay que acabar con él para evitar que siga matando a la gente que le importa.

Un poco extraño le ha quedado a los guionistas lo de la vuelta de Wendy. Parece metida con calzador. En mi opinión demasiado avanzado está ya de por sí el arco principal de la serie como para meter una subtrama tan complicada como esta. Habrá que ver cómo lo resuelven.

Artículo escrito por: Catoute

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