Zoom a: Misfits. Temporada 3. Episodio 4

WTF, habréis pensado nada más ver la imagen que corona esta review. Pero no os preocupéis que no es, ni mucho menos, trascendental. Sólo unos cuantos guionistas jugando a “qué pasaría si…” con el poder de volver atrás en el tiempo, que tanto juego les dio en el final de la temporada anterior.

Y es que, esta habilidad especial ha recaído, gracias a Seth, el traficante de poderes, en manos de un ancianito judío adorable que se dispone a hacer justicia divina con ella: viajar al pasado para matar a Hitler. La idea en sí no está mal si no fuera porque el hombre está ya mayor para estos trotes, así que cuando intenta clavarle un cuchillo al Fuhrer, éste contraataca y termina hiriendo al pobre abuelete. Al hombre intenta volver al presente, pero por el camino se deja su teléfono móvil.

Hitler aprovecha la tecnología avanzada del aparatito para ganar la guerra, así que cuando regresa al presente los nazis son dueños de medio mundo. En este contexto, vemos que nuestros amigos tienen cada uno papeles muy distintos. Kelly, Curtis y Rudy pertenecen a la resistencia; Simon ha sido reclutado (aunque no por voluntad propia, of course) y Alisha es la amante y secretaria del tutor de la condicional, un sargento nazi convencido, aunque igual de vago que siempre. Al anciano lo encuentran moribundo y lo meten en el centro de trabajo social, reconvertido en prisión.

Otras cosas han cambiado menos. La tormenta eléctrica ocurrió y los nazis cogen como prisionero al traficante para recolectar todos los poderes y usarlos en su favor. Los chicos de la resistencia, consiguen rescatarle, aunque les descubren en seguida, cogiendo a toda la banda excepto a Kelly. El anciano logra recuperar la consciencia y contárselo todo al Seth, obligándole a coger su habilidad para así deshacer todo el lío que ha montado su pequeña aventura espacio/temporal.

El general nazi, superior del tutor, descubre la identidad del abuelo y obliga al traficante a devolverle el poder, ya que lo considera demasiado peligroso para que caiga en manos enemigas y prefiere hacer que muera con él. Al negarse, acaban con la vida del abuelo, así que el traficante no tiene más remedio que pasarle el poder a Curtis (nótese la ironía), al que también terminan matando.

Por su parte, Kelly no se queda de brazos cruzados y se presenta en el centro social con un par de pistolas con silenciadores, coge de rehén al trabajador de la condicional y, ya de paso, acoge a Alisha y Simon para la causa. Entre todos intentan escapar, pero los guardias los acorralan. En un último esfuerzo, Seth le confiesa a Kelly que no le traspasó los poderes de salto en el tiempo a Curtis, la besa y se los da a ella. Así que Kelly viaja en el tiempo, le quita el móvil a Hitler (con una par de pataditas de propina) y salva el día como buena badass que es, haciendo que todo vuelva a la normalidad.

Si bien este capítulo ha sido bastante entretenido, lo cierto es que no ha servido de mucho para desvelar arcos principales. Quizá sí, en cuanto a que Kelly y el traficante han estrechado un poco más su relación, pero nada más allá. Destaco sobre todo la aparición estelar de algunos de los chicos con poderes, la mayoría de los cuales terminan siendo asesinados, como el chico de los cómics o aquel compañero que tuvieron que murió a manos de su primer tutor de la condicional (qué tiempos). Pero sobre todo destaca Kelly, que nos demuestra una vez más lo dura que puede llegar a ser.

Artículo escrito por: Catoute

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