La patata caliente se hace cada vez más y más grande a medida que van pasando los capítulos, y ya sólo nos queda uno para terminar la temporada. ¿Qué ocurrirá? ¿Cómo terminarán las peripecias de los SOA con el cártel, los irlandeses y los federales? Probablemente no muy bien, pero de momento sólo podemos aventurarnos. Lo que si tenemos seguros en nuestras manos es el penúltimo capítulo para poder sacar algunas conclusiones.
Para empezar, parece que Clay se ha librado del encontronazo con Opie y de momento sigue respirando, aunque con algo más de plomo en el pecho. Jax y Unser, testigos directos, deciden no decir nada del suceso a los del club e inventarse el ataque de unos negros al taller. Para colmo de males, Tig se siente culpable por el tiroteo a Clay y, basándose en la historia inventada por Unser y Jax para encubrir a Opie, va en busca de Leroy, el jefe de los Niners, y le ataca directamente, resultando muerta la novia de Leroy. Tig es perseguido por la banda y pide ayuda a sus compañeros que logran quitárselos de encima por el momento.
Mientras tanto, Juice y Bobby siguen desaparecidos. Desde la cárcel, Lenny informa a los Sons de que sospecha de un acuerdo de Otto con los federales y Jax empieza a encajar algunas piezas, sobre todo porque Bobby desapareció en Stockton cuando fue a visitar a Otto. Con la mosca detrás de la oreja, intenta retrasar el encuentro del IRA con el cártel hasta averiguar algo más, pero Romeo investiga por su cuenta y le dice que no se preocupe y siga adelante con el encuentro.
Pero calma que aquí llega el plato fuerte del episodio. Gemma habla con Tara y le cuenta el ataque a Clay, la historia detrás de la rabia de Opie, el asesinato de Piney, la paliza que le pegó Clay y cómo tiene la certeza de que fue el responsable del ataque que casi la deja sin mano. Tara queda consternada y decide darle las llaves del almacén donde tiene escondidas las cartas para que Gemma se las entregue a Clay y acabe ya ese infierno.
Pero los planes de Gemma son otros, y cuando por fin caen en sus manos las cartas, guarda algunas de las que la relacionan directamente con la muerte de JT y el resto se las da a Jax, contándole toda la historia (su historia), con un tajante “mata a Clay y quédate como jefe del club porque aquí es a donde perteneces”, dejándole ahí para que se las lea con calma. Pero si se pensaba que se la iba a dar con queso a Tara iba apañada aquí la matriarca, porque cuando esta llega al taller le demuestra a Gemma que va un paso por delante y sabe de sobra todo lo que ha pasado, pero también le advierte que Jax no actuará como ella espera. Efectivamente, Jax sabe que tiene que acabar con Clay, pero no tiene ni la más mínima intención de quedarse con el mando de los SOA. Tara le da entonces una jeringuilla que contiene suficiente anticoagulante para hacer que Clay se ahogue en su propia sangre.
Soberbia la previsión de Tara. Está claro que la alumna ha adelantado a la maestra, o a lo mejor es que Gemma se ha oxidado con el paso de los años en esto de la conspiración, el caso es que hemos podido ver a la doctora sacar toda su mala leche acumulada. No la culpo, pero creo que por el camino está llevándose un poco para adelante a Jax, que parece un pelele que no se entera de la misa la mitad. Por otro lado, no me gusta un pelo lo de Romeo negando que haya algún problema con los federales. Si ha estado investigando tan bien como comenta, sabe perfectamente lo de RICO, y el único objetivo que puede haber detrás de ocultarle esto a Jax es joder a los SOA e intentar un trato por su parte con los irlandeses. La reunión, sin duda, se presenta movidita.
Artículo escrito por: Catoute