Ya tenemos en nuestras manos uno de los primeros estrenos de la temporada. Basada en el libro de Martin Kihn “House of Lies: How Management Consultants Steal your Watch and Tell you the Time”, House of Lies aterrizó el pasado Domingo en el canal Showtime dispuesta a demostrar el lado más cómico de la crisis de la banca americana.
La ficción gira en torno a Marty Kaan, un reconocido asesor empresarial de la prestigiosa firma Galweather & Stearn, y su inseparable y eficiente equipo de trabajo, conformado por Doug, Jeannie y Clyde. El grupo conocido como “The Pod” (literalmente, “La vaina”) se dedica a sacar a las grandes compañías de apuros financieros para lo que deberán hacer todo cuanto esté en sus manos, desde transgresión de la ley, hasta cosas realmente ridículas, para conseguir su único fin: enriquecerse a costa de los peces gordos.
Sin embargo, si pensáis que estamos ante un Robin Hood moderno dispuesto a hacer justicia con las empresas, estáis pero que muy equivocados. Marty es un cabrón y egoísta redomado, características que a nadie le pasan desapercibidas, ni siquiera en su vida familiar, casi tan desastre como la laboral.
Esto sobre el papel, puede no parecer demasiado cómico, sin embargo, tras ver el primer capítulo he de decir que a mí me han convencido por completo. Un guión muy bien llevado y cargado de humor negro en donde destaca sobre todo la sublime actuación de Don Cheadle (Hotel Rwanda) como protagonista, sin desdeñar a los secundarios entre los que se cuenta la encantadora Kristen Bell, con la que tiene cierta tensión sexual.
Todo ello, unido a una innovadora dirección, hace de House of Lies una apuesta más que razonable. La única pega que le he podido encontrar tras este primer capítulo es el abuso que hacen de la jerga económica que a veces dificulta seguir el hilo de la trama, a pesar de que Marty se dedica a explicarnos amablemente alguno de los términos.
Artículo escrito por: Catoute