A veces las historias de amor en la pequeña pantalla no son bonitas. A veces son destructivas y terribles. A veces provocan que una de las partes de esa pareja deba alejarse para estar bien. Porque en la vida no todo es de color de rosa y mucho menos si vives en la casa encantada de los Hammon.
Cuando Tate y Violet se conocen sabes que ella va a salvarlo de si mismo, de sus traumas, de esa madre absorbente y claramente siniestra. Pero la pregunta que surge es ¿Cuánto va a tener que pagar ella? Violet le redime, perdona que él hubiese asesinado a todos los chicos de su clase, le inspira para ser mejor y cree que puede cambiar. Y él cambia… hasta cierto punto. Esta es una de esas parejas que nos recuerdan que cuando alguien está demasiado dañado permanecer a su lado e ignorar eso no va a traer más que dolor.
Tate, viola a su madre, la deja embarazada y sigue asesinando. No son unas buenas bases para comenzar una relación. Pero a la vez intenta salvarla de sí misma, intenta evitar que ella se suicide y su obsesión es mantenerla a salvo y feliz. Por eso es conmovedor ver como Violet pone tierra de por medio aunque le quiere. Y es trágico ver como él se propone esperarla como los grandes poetas franceses: por toda la eternidad. A nosotros nos toca juzgar e imaginar si Tate por fin conseguirá la redención a al que aspira o si se la merece. Pero lo que nadie puede dudar es que esta pareja nos ha mantenido con la nariz pegada a la pantalla desde que se dirigieron la palabra por primera vez.
No sabemos si volverán en la segunda temporada de American Horror Story, pero desde luego han sido una de las parejas más intensas de la televisión en 2012.