En los dos últimos episodios de Castle hemos aprendido que desvelar secretos puede hacer más mal, que bien.
En “A Dance With Death” una concursante de un concurso tipo Mira Quién Baila es asesinada durante la grabación del programa. Los investigadores descubren que la concursante, una chica rica y fiestera al más puro estilo Kardashian o Paris Hilton, había cambiado por completo y se estaba centrando en su carrera como bailarina. Para descubrir que en realidad la concursante, no era quién decía ser. Un episodio muy flojo y que no aporta nada.
“47 segundos” es el tiempo que transcurre desde que alguien pone una bomba y explota en medio de una protesta tipo 15 M. El episodio nos cuenta una historia a partir de lo que vieron los testigos. Vemos como los detectives intentan armar el puzle para coger a quién puso la bomba antes de que vuelva a poner otra, como amenaza hacer.
El episodio da un vuelco cuando Castle descubre que Beckett recuerda cada segundo del tiroteo en el que fue herida. Beckett recuerda que Castle le dijo que la quería y no ha dicho, ni ha hecho nada en todo este tiempo. El escritor no solo se siente despechado, si no también herido y traicionado, y lo demuestra a través de las duras indirectas que le envía a la detective, que no entiende el extraño comportamiento y alejamiento del escritor. Es la primera vez que Castle se enfada de verdad con Beckett y habrá que esperar a ver qué consecuencias trae. Mientras, estaremos esperando al próximo episodio con una caja de Kleenex y chocolate, por si acaso.