Zoom a: Anatomía de Grey. Final de temporada

Seguro que todos recordáis algún momento, algún capítulo, alguna escena en la que dijisteis: Hasta aquí he llegado. Se acabó. Esa es la sensación que me ha producido el último episodio de Anatomía de Grey, un final que borra los aciertos que haya podido haber a lo largo de la temporada.

Pero primero pongámonos al día. En los últimos episodios hemos podido ver como April suspendía sus exámenes, se acostaba con Avery y desarrollaba una vena religiosa que no sabíamos que estaba ahí hasta ahora, pero que se ve que es muy importante para entender a April.

Karev ha seguido siendo Karev y ha seguido siendo el blanco de las maquinaciones de Webber. Este personaje, el Jefe, es uno de los grandes misterios de esta serie. Resulta incomprensible como un personaje que le pone los cuernos a su mujer enferma, que no duda en pisar a sus estudiantes para mantener su status y  lo adereza todo con frases de maestro de película japonesa como si fuera poseedor de la sabiduría y la bondad; es capaz de ser tan querido por los fans y por los guionistas.

Después de asistir a la degradación y posterior ruptura de Owen y Cristina, pensábamos que el drama de esta temporada había llegado a su punto álgido. Pero nos equivocábamos, la cota de dramatismo en el último episodio llega a unos niveles que ya resultan ridículos y se perciben como una burla al espectador. Burla que Sonda se atreve a poner en boca de Yang, que dice lo que todos los fans de la serie pensaban: ¿Cómo esperas que me crea que dos únicas personas durante años consecutivos se encuentran envueltas en un choque de ferris, sacando una bomba de dentro de un hombre, operando con una pistola en la cabeza durante un tiroteo y en un accidente de avión?

Pero es que además mata a traición y sin posibilidad de despedirse a  Lexie, suponemos que por los problemas que ha tenido la actriz con su familia y que la han apartado del rodaje,  y hace que Teddy abandone la serie por causas que no alcanzamos a imaginarnos.

Y cuando la indignación lleva un tiempo a fuego lento, Sonda la lanza a su punto de ebullición cortando el episodio sin acabar. El mensaje es claro: no sabía con que actores iba a contar así que mejor deja un final abierto. Con la diferencia de que un final abierto tiene sentido, no da la impresión de que han cogido el metraje de la serie y han cortado por donde primero han visto.

Un final muy decepcionante para una temporada llena de altibajos argumentales.

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