Intentamos darle una oportunidad. Intentamos confiar en que iban a hacer bien las cosas, en que los guionistas de Luna, el misterio de Calenda iban a esforzarse; que los actores aprenderían con la práctica y que los que defendemos que en España se puede hacer buena televisión íbamos a poder señalarla y decir “¡Mirad, no hacen lo de siempre y lo hacen bien!”
Nadie pretende que las producciones españolas sean iguales a las de al HBO porque aquí no hay dinero suficiente para hacer eso. Lo que no me creo es que no haya talento, por lo tanto lo que hay en la Luna de Calenda es desgana. Podrían haber buscado guionistas que supiesen cerrar de manera digna las tramas, o actores que se esforzasen en hacer su trabajo. Pero no, es mucho más fácil que se limiten a ser guapos y se acabó. Es mucho más sencillo dedicarse a ser una serie más, del montón, de las que puedes ver con la familia por la noche porque no requiere que le prestes excesiva atención.
Y es una lástima, porque esta serie tenía potencial y podría haber sido muchísimo mejor de lo que ha sido, podría haberse acercado a Punta Escarlata o al Internado. Pero se ha conformado con quedarse por debajo de sus posibilidades y eso da todavía más rabia que cuando se sabe que no se puede hacer mejor. Pese a todo, soy una mujer optimista ¿algún día aprenderemos de nuestros errores televisivos, no?