Así es, cuando menos lo esperábamos resulta que se confirma que la secuela del juego de acción de 2010 ya está en marcha y que, pese a que la primera parte salió para Xbox 360 y Ps3 simultáneamente, este nuevo título lo hará exclusivamente en la nueva consola de Nintendo.
El proyecto vuelve a estar desarrollado por Platinum Games y producido por Yusuke Hashimoto, el creador de la saga además del cerebro tras los primeros Devil May Cry, y por lo que hemos podido ver en el teaser la irreverente y estilosa bruja volverá a ser la protagonista absoluta y deberá hacer uso una vez más de su espada y sus taconazos-pistola para enfrentarse a un poderoso enemigo. Todavía no hay detalles del guión y no se sabe si esta entrega continuará su cruzada contra los ángeles y demás criaturas de origen divino, aunque por lo que se ha podido escuchar en la última conferencia de Nintendo se está trabajando mucho para que el título sea una continuación directa y respete todo lo que se mostró anteriormente.
Pues bien, tras el bombazo han sido muchos los mensajes que el estudio ha recibido de los fans, aunque lamentablemente la mayoría no eran precisamente respetuosos. Una buena parte de los fieles se la franquicia se han sentido alienados y han mostrado su malestar con el cambio de plataforma llegando incluso a amenazar de muerte a los dsarrolladores. Malísimas formas a la hora de expresar su rechazo ante estas decisiones que en ningún momento deberían haber llegado a estos extremos.
Platinum Games ha sacado un comunicado en el que de forma muy respetuosa expresan que en ningún momento querían faltar el respeto a los jugadores y afirman estar trabajando en esta secuela con muchísimo entusiasmo para crear un juego que colme las expectativas. Según su presidente Tatsuya Minami: «Junto con Nintendo, esperamos que la marca llegue más allá de donde está hoy, permitiendo que incluso más jugadores de todo el mundo experimenten la acción de nuestra querida bruja. Como desarrolladores, estamos trabajando duro para hacer esto realidad. Esperamos que esperéis con ilusión lo que estamos preparando».
Dudo que los más radicales queden satisfechos con tan conciliadoras palabras, pero creo que hay un elemento más en todo este debate que ha de tenerse en cuenta y que es primordial para entender la postura de Platinum Games en este asunto. Y es que fijaros en la respuesta de sus miembros cuando les preguntaron sobre tan inesperada exclusividad: «Hemos hablado con Sega, la distribuidora del anterior juego, durante mucho tiempo sobre cómo podíamos asegurarnos de que [un nuevo título] se materializaba. La respuesta fue una nueva alianza con Nintendo». ¿Traducción? Sega no ha querido producir y distribuir nuestro juego y nosotros, convencidos de que queríamos desarrollar una segunda parte, hemos buscado en otra parte para llevar el proyecto a buen puerto.
¿Tan raro es? Señores, Bayonetta 2 no iba a ver la luz ni en Xbox 360 ni en Ps3 porque nadie se iba a arriesgar a financiar este juego. Recordemos que el primero, pese a conseguir el reconocimiento mundial de los críticos por sus combates electrizantes y su peculiar diseño, fue todo un fracaso en cuanto a ventas, por lo que compañías como Sega, que andan con el agua al cuello y en proceso de reestructuración, no están dispuestas a volver a apostar por algo que anteriormente no funcionó como se esperaba.
El hecho de que Platinum Games haya contactado con Nintendo que, tras haber estudiado el mercado los últimos años, parece convencido en que quieren invertir en juegos solamente para su plataforma y de desarrolladores independientes que atraigan a esos jugones que hasta ahora habían mirado la Wii con desinterés, es simple lógica empresarial. Todo se reduce a lanzar un juego para Wii U o dejar el proyecto en un cajón y olvidarse del personaje.
Su decisión ha estado clara y yo la comprendo. Quienes sean unos incondicionales de Bayonetta ya saben lo que tienen que hacer, simplemente comprarse la Wii U como aquellos poseedores de Ps3 que quisieron jugar a Gears of War tuvieron que hacer con la consola de Microsoft. Así funciona el negocio, donde siempre hay una alternativa al insulto y al desprecio.