No me gusta la actriz que hace de caperucita. Ale, ya lo he dicho. Es muy guapa y el personaje es una chulada pero ella tiene el mismo talento actoral que una mesa. Y es una pena porque Caperucita es uno de los personajes que más podrían dar de sí, si la chica se esforzase un poquito en interpretar. Como demuestra el capítulo que hoy nos ocupa.

La vuelta de la magia ha traído consecuencias para todos y no todas son buenas. Porque, sinceramente, la mayoría de los protagonistas de esta serie no tenían una vida muy feliz por culpa de hechizos, encantamientos, maldiciones y demás. Caperucita es una de los desafortunados para los que la ocurrencia de Mr. Gold de soltar la nube de humo morado ha sido más un problema que una liberación: con ella ha vuelto la obligación de convertirse en lobo cada luna llena.

Una bonita excusa argumental para varias cosas: contarnos que a la pobre Caperucita la única que no la margina es Blancanieves (y luego el Príncipe Encantador que como siempre decimos salvando damas en apuros es magnífico), que la abuelita realmente de dulce no tiene nada, que los habitantes de Storybrooke no tienen dos dedos de frente y se pueden manipular con cuatro palabras. Pero sobretodo nos sirve para dejar claro que el Rey George es el más malo de todos los malos y que no tiene ni pizca de honestidad.

Porque mientras la pobre muchacha está preocupadísima por si ha matado a uno de los ratones de Cenicienta, convenientemente transformado en un lozano pretendiente de Ruby, descubrimos que el asesino no es otro que el rey. ¿Con qué objetivo? Pues menoscabar la buena reputación del príncipe y sus amigos linchando de paso a la pobre Ruby.

El episodio en sí está bien, el guión también pero por desgracia queda de manifiesto que aunque ciertos miembros del elenco tengan mucha calidad interpretativa… a los dos protagonistas del episodio la trama les queda un poco grande. No se lo tendremos muy en cuenta porque es difícil estar a la altura de Lana Parrila o Robert Carlyle, pero hace que la intensidad del episodio se vea afectada.

Y los últimos cinco minutos de episodio nos confirman lo que nos temíamos: Henry y Aurora pueden comunicarse a través de sus pesadillas. Y por fin su madre y su abuela lo saben. A ver en que acaba todo esto.