Y después de una semana sin episodio debido a la manía que tienen en Estados Unidos de Celebrar Acción de Gracias y comer pavo en vez de ver series, aquí está el nuevo episodio de Once Upon a Time.
Esta temporada de Once Upon a Time está siendo notablemente mejor que la anterior, pero aún así he de decir que no me gusta que me mareen: ¿Ahora Hook tiene magia y puede arrancar corazones? Yo entiendo que los guionistas vienen de Perdidos pero espero que no caigan en la horrorosa manía de sacarse cosas de la manga para hacer la historia avanzar sin preocuparse de mantener cierta coherencia narrativa. Los espectadores nos acordamos de lo que ocurre de un episodio a otro, no tenemos una memoria de pez y no es agradable que te traten como si te pudiesen vender cualquier cosa.
Dicho esto, vuelvo a las cosas agradables y bonitas de este episodio. Es maravilloso ver como va reconstruyéndose poco a poco la relación de Regina con Henry. En la escena en al que ella le da la manta para dormir y él le da las gracias, Regina se frota las manos en el pantalón como si le diera vergüenza ser tan feliz por haber recuperado a su hijo. Los guionistas no se están apresurando en desarrollar esta interacción sino que están dejando que se base en los pequeños gestos de los actores y Lana Parrilla lo hace tan bien que todo es perfecto.
Y aunque esto no sea importante, voy a tomarme un momento para recalcar que Mr. Gold, también conocido como Rumplestinskin, el terror del mundo mágico, el Gran Oscuro… en una cita se lleva a su chica a comer hamburguesas con pepinillos. Y aquí, señoras y señores es donde está la magia de la televisión.
Cora sigue haciendo méritos para quitarle el puesto de malvado oficial al Rey George y consigue lo impensable: Que Rumplestinskin y la Reina Malvada (que de malvada en realidad sólo tiene el nombre) deban unirse al Príncipe encantador para ayudar a Blancanieves. Además es muy interesante el hecho de que, aparentemente, si te importa alguien no puedas vencer a Cora. Seguramente pondrá a todos los protagonistas en más de un apuro.
Y por último el jarro de agua fría: Como comentaba al principio de la crítica, ahora parece que Hook es malo y además le ha dado el control del corazón de Aurora a Cora. No sé si me termina de gustar este giro. Habrá que seguir atentos a ver que ocurre.