La verdad es que no sé por qué sigo viendo esta serie. Ah sí, por Eli Gold, los jueces, Kalinda, Cary, Diane, a veces Will, los secundarios de lujo y algunos episodios brillantes.

Aún así esta cuarta temporada de The Good Wife es bastante aburrida, y debe ser que los creadores lo saben y su técnica para que la gente se quede es trayendo a actores como Amanda Peet, Maura Tierney, Stockard Chaning, Kristin Chenoweth, o Nathan Lane y ni aún así consiguen captar nuestra atención.

Y no es que la serie no esté bien, o no trate acontecimientos actuales, o no tenga detalles divertidísimos, o tenga algún episodio inteligente, entretenido y que te hace pensar, pero es que a veces es realmente absurda como el episodio en el que van tras un juez para quitarle del proceso porque dijo que el acusado era culpable, podían haber tenido sus razones, pero es que el juez tenía razón y se pasaron bastante. Sabemos que los abogados de Lockhart y Gardner no son santos ¿pero hacía falta que nos mostraran que son unos capullos?

Después de temporadas esperando saber el pasado de Kalinda nos encontramos con una relación nada sana con su marido, si hubiera durado dos episodios o tres hubiera estado bien, pero han alargado tanto esta trama que se ha hecho cansina. Está claro que no saben escribir tramas largas, por lo que se deberían centrar en hacer tramas de tres o cuatro episodios para cada personaje y aprovechar el impresionante elenco que tienen.

En fin, seguiremos viéndola a ver si mejora en su segunda mitad.