Han hecho falta once episodios para que en Castle dejemos de mirar a la pareja del escritor y la detective y nos centremos en otro personaje, en este caso Javier Esposito.
Ya hemos comprobado la lealtad, sus dotes de policía sabueso, sabemos que ha estado en el ejército, incluso nos hemos acercado a su vida amorosa. En “Under The Influence” un caso toca de cerca al policía cuando se ve envuelto un chaval que le recuerda a sí mismo en la juventud.
Así sale el lado más protector en plan Terminator de Javier Esposito, la primera escena del bar cuando se enfrenta a Shane Winter es grandiosa. El detective se decide a salvar al chico, como otros hicieron por él. Le cuesta sangre, sudor, lágrimas, y algún que otro disgusto, pero no está dispuesto a dar su brazo a torcer. Porque es un chico confundido que ha perdido a su familia y no tiene a nadie que le cuide y se preocupe por él. El chaval ha cometido un error, pero nada que no se pueda solucionar. Aunque antes debe reconocer que el camino que está llevando no es el mejor, y que los que considera sus amigos solo le están utilizando.
No es la historia más original del mundo, ya hemos visto mil veces la trama de chico de la calle que protagonista coge cariño y quiere salvar, pero Castle le da un toque refrescante que hace que nos involucremos tanto como Esposito.
Echaba de menos un episodio de Castle en el que el personaje principal no fueran Beckett o el escritor. La serie tiene muy buenos personajes secundarios con historias igual de interesantes que las de Castle y la detective y este episodio es un buen ejemplo de eso.