Vuelve el senador Bracken, aquel que hizo matar a la madre de Beckett, y eso solo puede significar una cosa en Castle: ¡¡¡Drama!!!

¿Qué pasaría si tuvieras que proteger al hombre que mató a tu madre? Pues eso es lo que le pasa a Beckett en “Recoil” decimo tercer episodio de esta temporada de Castle. Por supuesto el caso pone a prueba la profesionalidad de los detectives y juega con la ética y la moral. Todos quieren ver muerto a Bracken, que digo yo que con arrestarle es suficiente, te haces policía para arrestar a la gente, no para matarla. Me fascina la ligereza con la que hablan de matar y dejar morir a alguien en las series. Al menos en Castle nos lo muestran como señal de venganza y no justicia.

Vemos las dudas de Beckett, porque por muy buena policía que sea sigue siendo humana e incluso comete errores, que luego arregla, pero es bueno verla en una situación comprometida en la que se debate entre sus deseos, sus ganas de coger al hombre que le arrebató a su madre, y su deber como agente de la ley de proteger y hacer justicia a las víctimas. Es un episodio más pausado de lo que nos tiene acostumbrados Castle. El caso, aunque siempre presente, no es tan importante como las emociones que suscita en los detectives. La intriga viene dada por la lucha de sentimientos de Beckett, quién puede verse reflejada en un sospechoso más que en el hombre a quién tiene que defender.

En definitiva, mejor episodio que el anterior y que además no necesita escenas de acción o una segunda trama más ligera para mantener al espectador atento. Van al grano, y eso nos gusta.