Un episodio de San Valentín que no es cursi ¡YAY! En el último episodio de Castle un reality tipo Mujeres Ricas de… se convierte en Dead Set cuando a una de las protagonistas le clavan un cuchillo por la espalda, literalmente.

“Reality Star Struck”, título de este decimo cuarto episodio de Castle, es entretenido, gracioso e incluso sorprendente. Cada detective celebra San Valentín a su modo: vemos el lado friki de Castle y Beckett, el seductor de Esposito y Lanie,  y el sacrificado y familiar de Ryan. La trama es tierna, romántica y graciosa. El momento ninja de Rick es genial y todas las consecuencias de este.

El episodio es ligero, que no flojo. Después del drama y tensión del episodio anterior lo necesitábamos. El caso está lleno de mentiras, secretos y engaños, los detectives van rebotando de un lado a otro hasta averiguar la verdad, pero poco importa quién sea el asesino, cuando el proceso es tan entretenido. Un punto a favor es que, aunque previsible, no se ve desde el principio quién es el asesino.

¡Cómo me encanta Gates! Con toda la trama del regalo de Castle y con su inestimable ayuda para conocer los entresijos del reality. Divertidísima. Hace que el escritor se enganche al programa, porque todo el mundo sabe que esos realities son horribles pero enganchan sobremanera. Poco a poco voy cogiendo cariño a este personaje, al principio no me gustaba nada, sustituir al capitán Montgomery no es fácil, pero cada vez me va gustando más.

En definitiva, un buen episodio de Castle que nos deja respirar entre episodios dramáticos y tensos, viene el episodio doble de cada año y temo que se nos vaya a encoger el corazón, pues toca de cerca a Rick.