Serie: Sons of Anarchy

Nombre: Clay Morrow

Especie: Humana

Estatus: En una relación absolutamente dañina

Interpretado por: Ron Perlman

Las razones para despreciar a Clay Morrow como carácter son las mismas razones para adorarle como personaje. Es adicto al poder, siente un auténtico desprecio por las vidas de los demás, es manipulador y despreciable en todos los aspectos en los que un hombre puede serlo. Aún así, sigue siendo uno de los personajes más carismáticos de Sons of Anarchy.

Cuando conocemos a Clay Morrow está en la cima de su poder. Y la verdad, no le odiamos. Por ese poder que tienen las series cada vez que comete una barbaridad nos ponemos de su parte por dos únicas razones: le importa el club y adora a Gemma, su mujer. Y con esas dos únicas razones –sumadas al carisma de Ron Perlman- le perdonas asesinatos, palizas, manipulaciones, que trafique con armas y cualquier otra cosa que se te ponga por delante. Porque su mujer le cuenta que ha sido violada y llora. Y a ti como espectador, se te ablanda el corazón por el curtido motero.

Pero entonces Clay Morrow empieza a cambiar. Lo importante deja de ser el club y comienza a serlo acumular el poder,  ganar dinero. Y un día golpea a Gemma, y otro la amenaza.  Se vuelve contra su familia, intenta que asesinen a la mujer de su hijo. Pierde sus únicas cualidades redentoras.  El espectador, es decir nosotros, descubre lo placentero que es odiar a Clay Morrow.

Clay es de esos personajes a los que he divertido odiar. Nos sirve sus debilidades en bandeja de plata, se regodea en sus defectos e insiste en embrutecerse en lugar de en redimirse. Es la máxima expresión de la decadencia del club, del futuro de Jaxs, el mayor ejemplo de que Sons of Anarchy es un drama en el más puro sentido Shakesperiano. Odiamos a Clay Morrow, si, y es sólo una prueba de lo bueno que es el personaje.