Explicamos el final de Bioshock Infinite

Fuente: Industrial Games

La conclusión del juego de Irrational Games ha dejado con los ojos como platos a muchos jugadores, que todavía siguen dándole vueltas a lo ocurrido en Columbia. Lo primero que hay que decir es que Ken Levine, creador y guionista del juego, no trata en ningún momento de explicarlo todo al 100%, en parte porque Infinite es un juego que, al igual que el resto de la saga, ha creado una mitología propia muy extensa y siempre ha dejado incógnitas para que los fans puedan devanarse los sesos una temporada.

De modo que, para el que escribe, es muy complicado detallar todo lo que ha acontecido a lo largo del juego, en un desarrollo lleno de guiños y grabaciones que, si se han recogido todas, nos posibilitarán entender lo mejor posible el guion de esta obra. Sin embargo, si que puedo arrojar algo de luz a aquellos que se hayan quedado frustrados en el último nivel del juego, por lo que a continuación vamos a explicar cuál ha sido el final de la historia de Elizabeth y DeWitt.

Atención: Si no habéis jugado a Bioshock infinite o no habéis alcanzado el final del mismo, os recomendamos que no sigáis leyendo. Hay spoilers evidentes y no querría estropearos las sorpresas de este gran juego.

Pues bien, comencemos. Lo primero que os tiene que quedar claro es que sí, Booker DeWitt, el protagonista, es también Comstock, el villano fanático de la función y fundador de la ciudad de Columbia. ¿Cómo es esto posible? Por la teoría de los multiuniversos que queda expuesta en el último tercio del juego.

La última fase, cuando Elizabeth nos transporta a Rapture, es en realidad un divertido guiño a los otros Bioshock (aquellos se ambientaban en 1960 y 1968, mientras que Infinite lo hace 1912), siendo simplemente una visita a un mundo paralelo que Elizabeth utiliza para destruir a Songbird gracias a la presión del océano.

A partir de ahí, cuando llegamos al faro, nos enseñará infinitas puertas que al cruzarlas presentan otros universos a los que se llega dependiendo de las decisiones que las personas toman en diversos momentos de sus vidas.

Da igual si elegís un camino u otro cuando acompañáis a Elizabeth de faro en faro, la narración no se ve modificada en absoluto. Lo que nuestra acompañante nos muestra es que tras los horrores vividos y cometidos en batalla de Wounded Knee, un destrozado Booker acudió a que lo bautizaran para purgar sus pecados y convertirse en un hombre nuevo.

Como podéis contemplar, el Booker que conocemos, cegado por el dolor, se arrepiente en el último momento y se niega a que lo bauticen, viviendo con la culpa el resto de su vida. En otro universo, Booker sí que accedió a ser bautizado, haciendo borrón y cuenta nueva, cambiándose el nombre a Comstock y fundando la ciudad de Columbia alumbrada por su nueva fe. El mismo hombre, dos personas distintas que surgen a través de sus diferentes decisiones.

Cuando Comstock se alza como líder de Columbia, siente la necesidad de perpetuar su legado concibiendo a un hijo que siga sus pasos y se haga cargo de la comunidad tras su muerte. Sin embargo, la exposición a los experimentos de los hermanos Lutrec (los gemelos que crean, entre otras cosas, la tecnología necesaria para que Columbia esté suspendida en el aire) lo dejaron estéril, siendo imposible dejar embarazada a Lady Comstock. La solución, viajar a un universo paralelo gracias a los portales que tan bien conocemos y tomar a la hija de alguno de sus “otros yo” para criarla como suya propia.

De ahí que Robert Lutrec lleve de parte de Comstock a un arruinado Booker DeWitt la propuesta con la que comenzamos el juego: “tráenos a la chica y saldaremos tus deudas”. Así fue como DeWitt entregó a su hija Anna (que más tarde sería bautizada como Elizabeth por Comstock) a Lutrec a cambio de dinero. Sin embargo no tardó mucho en arrepentirse, por lo que corrió para recuperar a su pequeña llegando justo en el momento en el que Lutrec y Comstock atravesaban el portal de vuelta a su mundo.

En el forcejeo, el dedo meñique del bebé queda atrapado cuando el desgarro se cierra, siendo cortado. Es el motivo por el que Elizabeth lleva un dedal para ocultar la amputación del dedo. ¿Qué otras repercusiones tuvo este accidente? Pues que al quedarse parte de la niña en un mundo y ella viajar al otro, técnicamente existe en ambos, de ahí su capacidad para abrir portales entre los universos.

La pérdida de su hija hace que Booker se haga las marcas en la mano que hemos visto en ocasiones. El AD es la abreviatura de Anna DeWitt.

Los tratamientos a los que Comstock somete a Elizabeth y su traición provocan la ira de Robert Lutrec, quien convence a su hermana Rosalind para traer a Booker a la realidad en la que Columbia se alza en todo su esplendor para rescatar a Elizabeth. Como habéis podido comprobar lo consigue, de hecho incluso mata al propio Comstock en el camino, sin embargo el mal no ha sido erradicado. Para acabar con Comstock definitivamente se le debería eliminar no solo en ese universo, sino en todos los demás en los que existe.

¿Cómo romper el circulo? Matando a Comstock antes de convertirse en Comstock, es decir, antes del bautismo que le cambió la vida. Así es como Elizabeth (junto a varias de sus gemelas de las realidades paralelas) transportan a Booker al mismo lugar en el que procedería la ceremonia y él mismo accede a que lo ahoguen. Así, la decisión que podría llevarle a convertirse en Comstock nunca se habría de realizar y jamás llegaría a existir en ningún mundo imaginable.

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Como veis al final, las distintas versiones de Elizabeth van desapareciendo. De hecho, si aguantáis hasta después de los títulos de crédito sin pulsar ningún botón veremos a Booker en su oficina dirigiéndose a la habitación de al lado donde la pequeña Anna descansa en su cuna. O al menos, eso es lo que parece aunque el juego no da ninguna pista de si es la misma versión de Booker que hemos conocido o alguna alternativa.

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