Beckett vuelve a la comisaría de Nueva York en el último episodio de Castle
Una antigua estrella de la televisión es asesinada en un edificio de Nueva York. Lo que parece un caso sencillo se complica a medida que se van descubriendo los secretos del actor. Seguimos la investigación tras el corte ¡Cuidado, Spoilers!
Esposito y Ryan han tenido más protagonismo este episodio, ya que eran los detectives que llevaban el caso, con Castle detrás de ellos. Es genial ver al trío de nuevo. Siempre nos regalan escenas entretenidísimas y este episodio no ha sido una excepción. Con Ryan defiendendo a Dewey y su “Hubba Hubba”, Esposito haciéndose el duro y Castle flipando con cada descubrimiento.
Más cuando aparecen McCord y Beckett para robarles el caso, y después la CIA. La escena en la que los tres grupos de investigadores se cruzan no tiene precio. La vuelta de Beckett a la comisaría trae consecuencias para la detective, quién compara su antiguo mundo con el nuevo, no solo los procedimientos, también el grado de importancia de las cosas.
Poco a poco Beckett se va dando cuenta de las desventajas de su nuevo puesto de trabajo. Nunca llega a saber la verdad al completo. Nunca le dicen para qué investiga un caso. La atmósfera es más fría pues es más importante el caso que la víctima. No se trata de ayudar a los ciudadanos si no de atrapar al malo cueste los medios que cueste.
Sin embargo la filosofía de Beckett no es esa, Beckett honra a las víctimas y hace lo que puede por salvar y ayudar a la gente. Sabía los riesgos que corría al entregar el USB con información y al hacer la llamada anónima a la prensa. Kate es ambiciosa, y ser agente federal es una gran oportunidad, pero también tiene principios morales ¿Por qué tiene que ser blanco o negro? ¿Por qué no se pueden resolver los casos y honrar a las víctimas?
Así nos dejan con ese impactante final, pues sí alguien debía tomar esa decisión era Beckett. Tarde o temprano se hubiera ido, pero ese despido aunque justificado según las reglas de la agencia, es un jarro de agua fría. Veremos que hacen Beckett y Castle ante este cambio tan brusco.