Repasamos el piloto de ‘Drácula’ el acercamiento de la NBC al legendario personaje en la piel de Jonathan Rhys Meyers.
Debo admitir que con el ‘Drácula‘ de la NBC tenía mis dudas, como con tantos otros personajes que se han visto de buenas a primeras con una versión seriéfila. La llegada a la televisión de algunos ha sido más acertada que la de otros, y en esta ocasión nos encontramos ante uno de esos casos en los que, piloto en mano, no ha conseguido cubrir las expectativas. Y es que hemos asistido, una vez más, al uso de un nombre conocido por todos como reclamo de la creación de una ficción que resulta ser una adaptación muy libre de lo esperado por todos.
Y no es que me queje de las adaptaciones de historias conocidas de tal manera que a Peter Pan no lo reconozca ni la pobre Wendy- por no irnos muy lejos- pero hay que hacerlo con gracia, con salero, con ironía, con sarcasmo o, en definitiva, con algo que le de chispa al asunto y haga que te importe un bledo si se parece al original o no porque te lo estás pasando de perlas. No es el caso de este ‘Drácula’ que se queda a medio gas. Jonathan Rhys Meyers tiene algo de culpa, que parece que da la sensación de que hay veces que está más fuera que dentro de la serie reduciendo así la dosis de carisma necesaria para que tras el piloto sintamos devoción y atracción por él .
Sin duda, lo mejor ha sido todo el envoltorio de la historia, ambientada en ese Londres de finales del siglo XIX para el que se han cuidado todos los detalles. Se ve que había ganas de crear una ficción envolvente que viéramos como un dulce seriéfilo cada semana pero a la calidad técnica no le sigue un desarrollo del guión que se encuentre al mismo nivel, ya que la resurrección de Drácula y sus ganas de venganza son más aburridas que otra cosa..
Veremos en qué quedan estos episodios y cómo transcurre la venganza de este particular Drácula, aunque a priori podemos decir que aún le queda mucha sangre por chupar para que consiga atraparnos como pretende.