Es evidente que pretende divertir y en las últimas temporadas está rozando la comicidad pero sus guiones siguen sosteniéndose con cierta verosimilitud abordando temas peliagudos.
Además resulta muy curioso detenerse a observar la foto que The Good Wife hace del sistema judicial americano, los despachos de abogados, sus cuitas laborales, el culto al trabajo y al dinero, la competitividad, el mundillo de la política y los asesores de imagen, las familias desestructuradas como la famosa tortilla de patatas, todo ello aderezado con la inquietante sensación de que nadie acaba de fiarse enteramente de nadie, todos se guardan algo, todos tienen un propio interés que define al personaje: codicia, poder, hijos, estatus, prestigio, supervivencia.
Hay situaciones rocambolescas y no solo por las argucias de los picapleitos. La posibilidad de negociación en un proceso penal, ojo, es algo que resulta chocante: un inocente puede preferir aceptar los cuatro años de cárcel que le ofrece la oficina del Fiscal del Estado a enfrentarse a la decisión del juez o jurado, que podría ir desde la declaración de inocencia a diez años de cárcel, por ejemplo. Entre las partes juegan al subastado. Esto es América, señores, hagan juego.
Los personajes principales suelen tener siempre varios problemas irresolubles a la vez con los que, asistidos de estoica elegancia, batallan sin agotarse. Sobresale, por supuesto, Alicia Florrick, la buena señora, que como decía Jiménez Losantos (sí, has leído bien), es para agarrarla de un tobillo y no soltarla. Mujerón, además, de esas que salvan vidas con una sonrisa.
Lo mejor, de todas formas, son los secundarios. Compañeros, jueces, abogados rivales, clientes. Hay tres imprescindibles. Kalinda, que es la investigadora del bufete, una belleza india misteriosa y eficacísima en su trabajo, tanto que sin ella no ganarían pleito alguno. Eli Gold, el inefable jefe de campaña y asesor del marido de Alicia, el gobernador. Y finalmente mi personaje favorito, Elsbeth Tascioni, la abogada pelirroja que aparece en episodios sueltos y está como las maracas de Machín, pero cuyos métodos son siempre los acertados para el caso en cuestión. Lista como una ardilla.
Ágil, inteligente y divertida, podría ser, probablemente, de las mejores series de abogados de la televisión.
Fdo: Atónito Perpetuo (@jgarpenload)
Team Agos!!!!
[…] alguien pensaba que The Good Wife no era una serie feminista es que nunca la ha visto, cómo odiamos el término feminista, porque la […]
[…] lo tanto una lástima de final para una temporada, un personaje y una serie que se merecían mucho […]