Carta abierta a Don Draper

(No tan) querido Don Draper:

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Me tienes confusa, en serio; no sé si quererte, odiarte o las dos cosas a la vez. Probablemente me incline por la tercera opción porque ¿sabes? Jamás he visto alguien tan destructivo, eres una bomba nuclear, Draper. Y lo peor es que lo sabes. Y te da igual. Aunque ese también sea tu mayor atractivo, para que lo vamos a negar. Contigo somos como polillas con la luz.


Eres un hombre al que sólo le gustan los principios y por eso has llenado tu vida de finales. Por eso me gusta verte, porque todos queremos ser tú y a la vez es tan satisfactorio despreciarte por exactamente las mismas cosas que te hacen atractivo. Tu fascinante capacidad de vivir en la más absoluta inopia y con ello destruir a los que tienes alrededor. Y que aún, te den las gracias. Siempre rodeado de mujeres, Betty, Miller, Megan… Todas hermosas, todas inteligentes, todas cometieron el error que destacaba la primera señora Draper: quererte es la peor manera de llegar hasta ti. No sabes apreciarlo, sólo te gusta cuando todo es fácil, nuevo y brillante. Como un niño que se cansa cuando la película dura demasiado.

Egocéntrico y ególatra. Tan inmovilista como un dinosaurio has creado un mundo de mentiras que se está viniendo abajo como un castillo de naipes. Los old fashioned han pasado de ser glamurosos a parecer desesperados…

Dick o Don, en el fondo da lo mismo. Pero yo he descubierto tu secreto. No tienes ninguna intención de solucionar tus problemas, podrías, siendo más sincero contigo mismo y con los demás. Pero no te da la gana. Cuando quieres comportarte te comportas, porque no nos engañemos, no eres mala persona (maldito seas por eso, lo contrario haría mucho más fácil juzgarte). Quieres a tus hijos aunque no sepas muy bien cómo. Puede que eso sea una de tus grandes cualidades redentoras.

No hay hombre suficientemente rico para cambiar el pasado, decía Wilde. Sabemos de dónde vienes realmente Don y de qué material están hechos tus fantasmas (prostitución, misoginia…). Ahora sólo falta que decidas de una vez con ellos para que los espectadores decidamos qué hacer contigo.

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