Ella tiene claro que los quiere como productores. La primera vez que le ve no hace más que decir tonterías. Pero permite “Crazy Christians”. Él sale de un problema de drogas, está en plena rehabilitación. Le suelta un gran cumplido: “Pareces uno de ellos, pero hablas como uno de nosotros”.

A raíz del sketch ella tiene que soportar una dura campaña en su contra, además un exnovio comienza a publicar datos comprometidos de su vida privada en un blog (el mismo exnovio por el que se ha enterado que él está en rehabilitación). No quiere dar a los nuevos productores los datos de las audiencias. Poco a poco empiezan a protegerse entre los dos.

Ella le pide consejo fuera del trabajo, sobre una serie, “Nations”. El guionista de la serie acepta emitirlo por la cadena tras hablar con él, él sabe que ella acaba de rechazar un programa basura llamado a ser un éxito.

Ella apenas tiene amigos.

Jack le dice que peligra el trabajo de ella. Él llama para decírselo. Ella se ve obligada a aceptar una entrevista. La entrevista es un desastre y llora, él la conforta. Ella se desmaya en sus brazos, atacada por un virus, el stress y el cansancio. No pueden vacunarla, está embarazada.

Él la acompaña al médico, sabe que el hijo que espera ella es del exnovio cabrón, que además se ha desentendido.

Matt, el amigo productor, le pregunta por qué se preocupa tanto por ella. Matt sale del despacho y él hunde la cabeza en la mesa y empieza a golpearla. Cuando volvemos a verle en el despacho sigue golpeando la mesa. Está enamorado. Matt le pregunta si la ha visto últimamente. Él contesta que la ha llevado a casa un par de veces. “Mucha vuelta”, dice Matt.

Él se declara, ”he estado casado dos veces y me recupero de una adicción a la cocaína; y voy a por ti”.

En unas semanas le envía decenas de cartas de recomendación de amigos influyentes. Ella le pide que pare. Él dice que no.

Se quedan atrapados en el tejado de los estudios. Él se disculpa y dice que vuelve a la normalidad. Ella le dice que después de 4 meses se cansaría de ella y que después de 4 años la dejaría, encima con un niño; mientras está escribiendo en un papelito. Él le dice que no, “porque soy mucho más listo que tú”. Cuando les rescatan ella le introduce el papelito en un apretón de manos por debajo de la correa del reloj y sale corriendo. Él descubre en el papelito un escrito que dice: “Estoy loca por ti”. Se encuentran en el garaje y se besan.

La niña que lleva dentro reaparece con la relación, pero pronto vuelve la jefa, cuando los datos de audiencia no son buenos. Le pide que no abra con la guerra y él lo hace. Discuten. En la fiesta de después del programa se disculpan. Ella bebe zumo de naranja, hace unas horas que no nota al bebé.

Ella está en el hospital. Tiene preeclampsia y van a sacarle al niño. Él le pide matrimonio. “Pero si no has tenido tiempo para pensarlo”, él le da un estuche con un espléndido anillo (mientras suena “Have a little faith in me”, de John Hiatt). Ella va hacia el quirófano gritando a todo el mundo “estoy prometida, estoy prometida”.

Ella tiene un problema de coagulación y una infección, su estado es crítico. Él sabe que ella debe de firmar los papeles de la adopción si quiere ser el padre de la preciosa (un renacuajo como todos) niña que acaba de nacer. Cuando ella sale del trance es lo primero que le pide, que firme los papeles:

• “¿Desde cuándo los llevas?”

• “¿Te acuerdas de la primera vez que te vi?”

• “Sí”

• “Desde entonces”

Ella decide que la niña se llame Rebecca. Rebecca Tripp, con el apellido de él.

Y si alguien me dice que esta historia de Danny Tripp y Jordan McDeere dentro de la fabulosa serie Studio 60 no es emocionante entonces es que tiene el alma de telegrama.

Fdo: Atónito Perpetuo (@jgarpenload)