‘Sons of Anarchy’ ha llegado a su fin, las harleys rugieron por última vez, el rey de Charming se despidió de todos de la única forma que sabía: haciéndonos disfrutar mientras sufríamos. Porque a Kurt Sutter, le dieron igual nuestras súplicas e hizo exactamente las cosas como quiso. Y se nota. A partir de aquí cuidado con los spoilers.
‘Papa’s Goods’ cierra el círculo haciendo todo un tributo a la hermandad, a las motos, el porno, la violencia de Charming, Irlanda, los tiroteos, las persecuciones, complejos de Edipo y para todos los gustos, RICO, la dureza de la prisión- al final te echaremos de menos, Juice- y la dureza de una serie que ha terminado de manera sangrienta pero… ¿Alguien imaginaba que ‘Sons of Anarchy podía terminar de otra manera?
No parecía posible pero Sutter se las ha apañado para cerrar todos los cabos sueltos de la serie, limpiar Charming y de paso dejar claro que Jax no era un buen hombre a la vez que nos reconciliaba con él. Cuando “Jackie boy” mata a su madre y a Unser en el penúltimo episodio de esta magnífica temporada, uno no puede verlo nada más que como el último clavo en el ataúd moral del líder de los Sons. y eso es cierto, pero también es cierto que también es el momento en el que él se da cuenta de que está más allá de la redención y por fin decide honrar a Tara como se debe: sacando a sus hijos de ahí, alejándolos de esa vida. Lo soluciona de la única manera que sabe: eliminando a todos aquellos que podrían arrastrarlos de vuelta, empezando por su madre y acabando por todos con los que alargarían la violencia en Charming hasta el final de los tiempos. Como le dice a la fiscal: “al final del día los malos pierden”. Ha llegado la hora de pagar. Su precio es morir como su padre y que sus hijos odien su memoria.
Pero Jax tiene otra familia, una de su elección, que también debe dejar en la mejor situación posible. Y, para ello, comienza pagando una vieja deuda al admitir como miembro de pleno derecho de Samcro a T.O.-en serio, ¿Taddarius?-, el líder de los Grim Bastards. La siguiente decisión es mucho más difícil. El club tiene que votar la pena capital para el que ha sido su líder hasta ahora. Si ver a Chibs y a Tigs con la voz entrecortada votando a favor de que Jax se “encuentre con Mr. Mayhem” o no tienes corazón o tienes un sistema moral mucho más firme que el nuestro. Porque en aquel momento no podría importar menos que sean unos criminales, son tus delincuentes y has sufrido con ellos durante siete temporadas y has visto cómo luchaban para ser mejores sólo para volver a caer de nuevo y como en cada cruce han cogido el desvío que no debían porque creían no que eran capaces de elegir el otro. y eso les ha llevado a votar a favor de la muerte de su mejor amigo, casi un hermano porque todas las mentiras les han llevado a un punto de no retorno. Es tan trágico que Shakespeare daría palmas si estuviera vivo.
Y, con la tranquilidad de haberlo dejado todo solucionado, el ahora ex líder de los sons puede entregarse a su destino. Los fantasmas del pasado están presentes a través de todo el episodio, honrar a Tara, el eco de las palabras de Opie en la despedida de Jax del club. Incluso tenemos una escena con la misteriosa mendiga repleta de misticismo y simbología religiosa con el pan y el vino que esta deja cuando se va, cuando le dice que “ya es la hora”. Pero el fantasma más grande, como no podría ser de otra manera en este Hamlet en moto, es el padre del príncipe de Charming. Jax monta su moto, quemó todos sus recuerdos y habló con él justo antes de morir. Puedes ver el momento en el que Jax se da cuenta de que va morir como lo hizo su padre.
A toda velocidad y perseguido por la policía, con la compañía de los cuervos de alas negras. Pero, a la vez, con entereza y serenidad. Permitiéndose, incluso, una sonrisa de satisfacción y desafío al ver aparecer tras la curva el camión de Papa’s Goods.
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Joder tío muy bien escrito y muy bien resumido…