‘Black Sails’ confirma que ha soltado amarras con su segunda temporada

Black Sails

Ha costado más de lo que pensábamos, pero parece que por fin los corsarios negros de Starz han conseguido levar anclas y ofrecernos una segunda temporada que ha transcurrido viento en popa y a toda vela.

Es curioso cómo los nuevos episodios de Black Sails difieren tanto de la primera hornada sin que por ello se hayan salido lo más mínimo de los esquemas que fijó la serie en su debut. Son muchos los detalles que han confirmado la mejoría de la ficción, empezando por una mejor escritura de las tramas que han ganado verosimilitud, de lejos la principal vía de agua de su decepcionante inicio, y que ha contribuido a clarificar las motivaciones de muchos de los personajes principales que por fin tienen algo que ofrecer al espectador.

Es el caso del Capitán Flint y la enigmática Sra. Barlow, que gracias a unos notables flashbacks les han dotado de mayor profundidad cimentando esa hasta ahora extraña relación y favoreciendo la química entre los actores. El oscuro pasado de ambos y su propósito en Nassau, aunque a algunos les pueda parecer un tanto previsible, es un giro de lo más interesante que, pese a que da la impresión de haber sido desvelado antes de lo que sus guionistas hubiesen querido, es sin duda la decisión correcta.

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Lo mismo ocurre con Max, la intrigante madam que con la ayuda de sus chicas y sus nuevos asociados parece saber cómo conducir los asuntos de la isla mejor que nadie en el lugar, incluyendo a la cándida Eleanor Guthrie que sigue sin demostrar la fuerza y determinación necesaria para mantener su trono intacto.

Encontramos además otros personajes que también se han revalidado contra los peores pronósticos como Anne Bonny, que ha pasado de observar todo lo que ocurre a su alrededor desde una esquina y con el gesto torcido a mostrar algunas pinceladas de la sanguinaria pirata en la que se convertirá. También lo han hecho Rackham, por fin al mando de un barco y explotando la baza de su ingenio para salir de más de un apuro; Vane, salvaje, indómito, siempre en el ojo del huracán y a estas alturas esencial en la serie; y John Silver, un personaje cada vez más divertido y que por fin ha decidido tomar parte en el conflicto consolidando algunas lealtades que, aunque cogidas con pinzas, le han dado un papel determinante en varios momentos de la historia.

Una historia que si bien no se puede decir que avance de manera apresurada –pensándolo bien, la temporada comenzó con el oro español al alcance de la mano y no ha sido hasta el último episodio cuando por fin se ha perpetrado el robo- pero que cada vez resulta más entretenida ya sea porque está mejor escrita o por un mayor esfuerzo en la producción, como denota un número considerablemente mayor de escenas de acción, al menos una por episodio, que echábamos muy en falta en una serie de este tipo. Y es que… son piratas, diantre. Bienhablados, pero piratas al fin y al cabo.

Por supuesto todavía existe un amplio margen para hacer de Black Sails la serie que todos deseamos que sea. Sigue habiendo escenas de difícil justificación -sin que nos refiramos a aquellas de gran carga erótica entendidas como el sello de la cadena-, simples licencias para que la ficción siga su rumbo y que resultan muy poco creíbles. Por poner un ejemplo, nadie entiende cómo Vane y sus hombres adelantaron sin medio de locomoción alguno al barco de Flint tras abandonar el fuerte para tenderle una emboscada, lo cual ha dado de qué hablar en las redes no sin razón.

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Además, no han sabido exprimir a algunos de los nuevos personajes hasta el final –Ned Low– y algunos de los veteranos siguen demasiado encorsetados, como el propio Capitán Flint, que debe desatarse de una vez por todas para tomar las riendas de una serie que por momentos se pierde entre tantos frentes abiertos.

Lo visto en el último capítulo es prometedor de cara a una tercera temporada, en la que esperamos que los cabecillas se unan en un frente común para blindar Nassau contra el Imperio británico tras el fracaso de las negociaciones. Al menos Silver ya tiene garantizada su pata de palo. Sí, esto ya empieza a parecerse a una serie de piratas.

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