Raquel Crisóstomo, Enric Ros y ‘Mad Men o la frágil belleza de los sueños en Madison Avenue’

Hace poco comenzó la última etapa de ‘Mad Men’. Una serie que se ha convertido por méritos propios en una de las series imprescindibles de los últimos años. Tanto es así que se ha convertido en el centro de libros como el que hoy nos ocupa ‘Mad Men o la frágil belleza de los sueños en Madison Avenue’ de la editorial Errata Naturae.

libro mad men
Programa Piloto ha tenido la suerte de poder hablar con Raquel Crisóstomo y Enric Ros los coordinadores de este libro que aborda la serie de AMC desde todos los ángulos posibles y en el que ambos también escriben.

Raquel Crisóstomo es Doctora en Humanidades por la Universitat Pompeu Fabra y Jefa de Estudios del Grado de Periodismo de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universitat International de Catalunya. También, es docente en el curso ‘Series 2.0: nuevas narrativas televisivas’ que ofrece anualmente la Facultad de Humanidades de la Universitat Pompeu Fabra, ha colaborado en el MOOC ‘La tercera Edad de Oro de la televisión’ y ha dirigido el simposio anual sobre ficción televisiva de la Universitat International de Catalunya.

Por su parte, Enric Ros es escritor, periodista cultural y guionista. Profesor de Historia del Cine en la Facultad de Comunicación de la Universitat Internacional de Catalunya (UIC); de Ficción Televisiva e Historia del Cine en ECIB Escuela de cine; y de cursos sobre cine en Casa Elizalde, Casa Golferichs, La Sedeta y Fort Pienc en Barcelona. Ha publicado el libro It’s Not TV. Las series de ficción en la era de la Post-TV (2011). Es miembro del Consejo Científico de Communication and Media Research Center, para el que ha colaborado en el libro Critical Reflections on Audience and Narrativity. New Connections, New Perspectives (Ibidem Verlag, 2014). También escribe libretos para las ediciones en DVD de Los Imprescindibles y Cine Club (Notorious ediciones) y colabora en medios como Què Fem? (La Vanguardia), Serielizados, Contrapicado, Cine Archivo, Espacio de cine o La Finestra Digital.

En resumen, lo que el propio Ros describe como “aca-fans”, y que en el fondo marca el tono de todo el libro: los escritores son todos fans de ‘Mad Men’, sí, pero también son académicos y a través de sus diferentes visiones nos descubren capa tras capa de la serie de AMC. Ambos destacan que ha sido un placer colaborar con autores como Enrique Vila-Matas, Jorge Carrió, Ivan Pintor, o Ana Tous- Rovirosa en la concepción de este libro – Crisóstomo llega a compararlo con cuando en las películas “todos los artistas hablan maravillas los unos de los otros”-, unas páginas que surgieron de una conversación entre amigos y de una pasión compartida por la ficción de Weiner (del que por cierto, hay incluida una entrevista muy interesante para todos los amantes de su trabajo en el libro).

Ambos destacan que desde una representación del pasado, ‘Mad Men’ nos habla del presente. Ros lo define de la siguiente manera “ ‘Mad Men’ reproduce una ficción desde la mirada de hoy. Nos interpela constantemente. Ese capitalismo prometeico, una utopía que se resquebraja, hasta el liberalismo de hoy”.

Los dos destacan durante la entrevista que eligieron la ficción protagonizada por Jon Hamm de una manera bastante natural, porque les parecía una serie que pese a jugar con la nostalgia y a estar ambientada en otra época, en realidad trataba temas y sentimientos muy actuales. Durante nuestra conversación Crisóstomo destaca en especial la manera en la que se trata la evolución de la mujer en la figura de las mujeres que rodean a Don Draper. “En ‘Mad Men’ encontramos 3 mujeres muy paradigmáticas de determinados anhelos. Si los hombres tienen que luchar, en el caso de las mujeres más. Megan puede ser un personaje de transición. La mujer casi de los 70. Pero al final todas tienen sus parámetros. Sally Draper es la mujer más realista. Matthew Weiner está representado en ella. Sally representaría la postmodernidad y Betty sería el modelo de mujer más old-fashioned” .

En cuanto a Peggy Olson, Crisóstomo lo tiene claro “es muy complicada. Es la que está más distanciada. Ya al comienzo con Pete Campbell nos echa para atrás. Le tira los tejos a Don. A los espectadores modernos al principio nos echa para atrás porque no encaja en nuestros cánones. Pero justo ahí le da la vuelta al calcetín. Acaba pagando su ascenso profesional con la renuncia personal” y añade que esta renuncia de lo personal en post de lo profesional es algo muy actual con lo que las mujeres pueden relacionarse “para sus compañeros cuando les interesa no es una mujer, no encaja en sus moldes y no saben cómo catalogarla”. Enric Ros, también habla del tercer género cuando se refiere a Peggy “La mujer tenía papeles muy específicos. Ella paga el peaje. Renuncia a lo personal, hace que el hijo pase a ser una especie de error. Peggy evoluciona mucho y nos pone a prueba a nosotros como espectadores”.

En el libro se dedican muchas páginas a hablar del protagonista indiscutible de la historia, Don Draper y de su relación con tanto con el mundo que le rodea en la serie como con los espectadores. Ambos coinciden en que la evolución del personaje, su transformación se produce tanto por parte de Draper como del espectador que le está viendo a través de la pantalla. Crisóstomo lo explica así “Al principio Draper es el galán de cine clásico. En el modelo patriarcal sería el príncipe con el que acaba la protagonista. Pero poco a poco le vas viendo todas las costuras. Y es muy curioso, en ‘Mad Men’ nos estamos preguntando qué ocurre después del cuento de hadas”. Ros, por su parte ve a Don como “un personaje que resume una virilidad perdida, conflictos interiores, es muy existencialista, muy traumatizado en su interior. Nosotros también nos hemos diseñado así, somos herederos precarios de lo que hicieron aquellos hombres”. También distancia Draper de otros personajes como el de Kevin Spacey en ‘House of Cards’, “El personaje de Jon Hamm es un melancólico,casi un héroe romántico con esa tendencia a la autodestrucción. Los protagonistas de estas visiones políticas son maquiavélicos. El enemigo ya no es externo, está en el seno de nuestras democracias”.

En cuanto al final de la serie, también coinciden, ambos esperan que la serie siga fiel a sí misma hasta el final, que sea valiente y no le dé al espectador lo que espera sino lo que encaje mejor con la narrativa de la serie. Crisóstomo añade que en realidad lo que más curiosidad le provoca no es cómo va a acabar la serie, ya que considera que hay muchos personajes a los que a lo largo de la temporada ya se les ha dado una especie de cierre, si no la música que se va a elegir para la última escena ya que la banda sonora siempre ha sido clave para entender qué quería decir ‘Mad Men’. Ros, por su parte, expresa su deseo de que la serie termine con Sally como símbolo de la herencia de la serie, de la visión de Weiner.

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