Paige tiene un papel importante en la tercera temporada de The Americans que puedes ver en FOX. Todavía procesando el final de estos trece episodios comentamos lo que nos ha parecido.
¡WOW! No soy lo suficiente inteligente para entender al completo esta serie pero lo que comprendo es fascinante. Una serie que con ritmo lento, intranquilo, tenso parece que no pasa nada, que no te está contando nada y sin embargo te cuenta cantidad de cosas. Incluso la escena más trivial es fundamental para unos personajes y unas situaciones que acaban desembocando en acciones y dramáticos desenlaces.
Si la segunda temporada dejó bastante que desear, fue muy aburrida. Esta ha sido intensa para los Jennings en todas sus vertientes, personal, profesional, familiar, marital y emocional. Les hemos visto pelear, perseguir y ser perseguidos, raptar, matar y seducir. Hemos comprobado los peligros del trabajo, la obligación de cumplir una misión aunque no estés de acuerdo y te haga vomitar. Meter un cadáver en una maleta, ligar con una chica de quince años, asesinar a una mujer que solo estaba en el lugar erróneo en el momento incorrecto. Y además está Paige.
La central quiere que comience a entrenar. Philip no está de acuerdo, pero Elizabeth cree que es lo correcto. Esta decisión trae fisuras en el matrimonio, en la confianza de la pareja, que intentan poner a Paige de parte de cada uno y no tienen en cuenta lo que ella quiere. Es adulta, demanda la verdad. Durante toda la temporada se va creando el camino hacia esa confesión y como afecta a Paige. La ruptura de la familia Jennings es inevitable al final de la temporada. Como es el hecho de que Philip explotará en algún momento de la cuarta. Sus dudas más internas empiezan a salir a la superficie. Todo el sacrificio, todo lo duro de su trabajo, todo su sufrimiento tiene que servir para algo. Tiene que saber que lo que hace es por un motivo. Sirve.
Me fascina la calidad de The Americans. Su capacidad para crear ambientes, insinuar historias, mostrar emociones de forma sutil y simbólica. Es necesario saber algo de historia americana y rusa, conocer los momentos más importantes de la Guerra Fría, ayuda a contextualizar. No es necesario ser un experto, sin embargo permiten llevar todos esos acontecimientos a un terreno más íntimo, y da a conocer como afectará al matrimonio de espías.
En esta temporada hemos visto un lado más humano de Elizabeth, queriendo honrar a su madre enferma, queriendo estar a la altura del sacrificio que hizo su madre cuando la dejo marchar sin pestañear. El viaje de Philip ha sido igual de difícil, con varios frentes abiertos. Es increíble que aun mantenga la cordura y la serenidad. Y también es increíble que el matrimonio sobreviva. No solo por sus totalmente opuestos puntos de vista respecto a Paige, Elizbeth quiere entrenarla, saber de dónde viene, quién es y ponerle en las manos del la central. Philip no quiere que Paige tenga que hacer el mismo trabajo que él, quiere protegerla y asegurarse de que tendrá un vida fácil.
Pero ¿y Paige?, sabe que hay algo más, sabe que pasa algo, que le están ocultando un secreto. La pregunta es si podrá soportar la verdad. Su vida es una mentira, no sabe quién es. Cuando pensaba que tenía claro quién era, que estaba adquiriendo una madurez envidiable para tener solo quince años su vida da una vuelta de 180 grados.
Es el culmen de la trama de la tercera temporada, el momento álgido, para llegar a él también se han sumado las tensiones de las tramas de la guerra de Afganistán, del matrimonio que se dan una de cal y otra de arena, porque a pesar de todo Elizabeth y Philip se quieren, respetan al otro y son honestos, aunque les duela. Y también está Martha ¿Será la última vez que la veamos? Sabe demasiado, pero no es un recurso cualquiera. Philip le tiene cariño, confía en ella, la pregunta es si será suficiente.
Esta última temporada de The Americans ha sido espectacular, han sabido manejar los tiempos, las emociones, las escenas más peligrosas, con escenas tiernas, ir levantando la tensión de la guerra y de la familia. Porque al final todo se reduce a eso. A como afecta a la familia Jennings cada uno intentando mantenerla unida, pero resquebrajándose igualmente.
Aún saboreamos la miel en los labios y más que nunca queremos nuevos episodios, para los que tendremos que esperar un año. Mientras continuaremos repasando la magnífica tercera temporada de The Americans.
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