A principios de 2015 ABC estrenó esta comedia llamada Galavant que acaba de concluir su segunda temporada. Nos encantó desde la primera canción hasta la última y no podemos más que esperar y rezar por su renovación para una tercera temporada.

Galavant es sinónimo de felicidad. No sabes la alegría que da llegar a casa después de un día de trabajo, sentarte delante de la pantalla y disfrutar de las cuitas de Galavant, Sid, Richard, Isabella, Madalena y Gareth. (Nota: el trabajo es también cuidar de los niños, de la casa, estudiar, buscar trabajo…). Galavant hace que te olvides del día durante 20 minutos en los que empiezas a sonreír en el segundo uno y sigues con la sonrisa puesta cuando te vas a dormir.

No sabes la alegría que da levantarte y saber que hoy verás un episodio o dos de Galavant. Verlo por la mañana tiene el mismo efecto que verlo por la noche. Te levanta la sonrisa y te quedas con ella durante todo el día. Las actividades más tediosas y pesadas se hacen más ligeras porque tienes la música, los chistes, la alegre inocencia y la malvada ironía de los personajes de Galavant en la cabeza.

Las referencias, las bromas, las metabromas, los cameos, las divertidas y certeras canciones, las magníficas interpretaciones, los guiones llenos de guiños. Todo está hecho y pensado para el disfrute. Galavant tiene un sentido del humor genial que hace cómplice al espectador y le atrapa. La serie no se toma nada en serio, mucho menos a sí misma y es fenomenal.

Si te encanta el género musical, los trajes medievales, las leyendas históricas y las parodias tienes que ver Galavant. Y si no también. Te lo aseguramos una vez empieces no se te quitará de la cabeza, ni querrás que se te quite. 😉