Hay muchos tipos de series. Están aquellas que sabes que son malas, pero te entretienen y ahí estás semana a semana. También puedes seguir series porque son muy buenas aunque a veces te dejan agotado porque sientes que al verlas estás haciendo un máster o escalando el Himalaya. Y luego hay otras – las menos- que te hacen que creas que todo puede ser mejor. Bien, para mi, una de las que encajan en la última categoría es la de El Ministerio del Tiempo.
Podéis llamarme exagerada si queréis, estáis en todo vuestro derecho. Al fin de al cabo es una serie- muy entretenida y muy bien hecha- y que la ponga en al categoría de “mejora-vidas” puede resultar un tanto excesivo. Pero, mira, la serie de Olivares no sólo ha traído de vuelta a las buenas personas a la televisión, a las honradas, a aquellas que quieren a los suyos y aman su trabajo. Es que lo ha hecho sin olvidar que incluso ellos tienen defectos. Este ministerio es eficaz porque está compuesto por personas eficaces, por trabajadores orgullosos de lo que hacen, jefes que se preocupan por los suyos, patrullas de curritos que se protegen entre sí. Es nuestro El Ala Oeste, pero con funcionarios y viajes en el tiempo.
Porque los españoles somos muy de despreciar lo nuestro, pero en la ficción que nos ocupa lo mismo se ríen de nuestros defectos endémicos que alaban nuestras virtudes – nuestro funcionario lo mismo se carga al Cid sin querer, que sacrifica veinte años de su vida para que los demás no perdamos al héroe-, quizás por eso hay quien no se pone muy de acuerdo en si El Ministerio está posicionado de un lado o del otro. Como si eso importara.
Lo importante es que terminas de ver el capítulo y, pese a ser consciente de que el héroe español por antonomasia era un fraude, un mercenario al que en el capítulo la propia Jimena se alegra bastante de perder de vista; también sabes que, en el universo de Olivares, el Cantar del Mío Cid se escribió gracias a un fraude que resulta ser un verdadero héroe. Un héroe que es trino gracias a tres hombres honorables -Cid, Entrerríos y Spínola- rechazados por aquellos a los que juraron servir. Tres hombres que se juntan para conseguir por un lado que la leyenda no muera, por otro que el sacrificio de su compañero no sea en vano y por último, porque no, lamerse sus propias heridas. Porque falsos o no, necesitamos nuestros mitos tanto como necesitamos saber que tienen pies de barro. Porque hacen falta más series como ésta, que te hagan creer de nuevo.
Así que podría haber hecho una crítica basándome en el sentido del humor ingenioso, la complicidad de sus actores o el buen trabajo de producción. Pero sólo voy a decir que gracias. Gracias por volver. Gracias por hacernos creer que los buenos a veces ganan, aunque salgan perdiendo.
Totalmente de acuerdo contigo. Me chifla, estaba deseando que comenzara la nueva temporada. Un saludo!
[…] Origen: El Ministerio del Tiempo o la heroicidad disfrazada […]
Una Buena serie. Gracias por este estupendo post.
Excelente serie Muy bien llevada y con mucho humor
[…] frase que mejor resuma el último episodio (esperemos que de momento) de El Ministerio del Tiempo. Si su primer capítulo fue todo un homenaje a los héroes desconocidos, este último es toda una declaración de intenciones. Una arenga para hacer las cosas bien. Aunque […]