En plena semana del Orgullo (esto de llamarlo Pride, se me hace un poco raro) no queríamos dejar de aportar nuestro granito de arena. Porque la visibilización y la representación son muy importantes, porque nos guste o no lo que vemos en la televisión y en el cine nos llena de referentes que nos hacen ser como somos. Y no es justo que unos tengan mucho menos donde elegir que otros. Así que aquí os dejamos nueve series LGBT que consideramos imprescindibles.
Orange is the New Black
Pese a la reciente polémica por el final de su última temporada, la serie de Netflix siempre se ha caracterizado por retratar tramas LGTB sin olvidar ni una sola de las siglas. Porque la representación importa y Orange is the New Black ofrece una amplia galería de personajes maravillosos.
Sense8
Más allá de ser un thriller de ciencia ficción bastante entretenido, la serie dirigida por los Wachowski explora cómo el amor y la sexualidad pueden ser completamente diferentes a las ideas convencionales que existen de ellas. Nomi y Amanita o Lito y Hernando son solo la – extremadamente adorable y entrañable- punta del iceberg.
Faking it
La historia de siempre, ya sabéis: chica conoce a chica, se convierten en mejores amigas, pretenden ser lesbianas para ser más populares en un colegio hipermegaliberal (en el buen sentido, no en el económico), una de ellas se enamora de la otra y al final acaban en una especie de ménage à trois con el cuelgue de la otra amiga, que también está estupendo. Y eso es sólo el principio.
Transparent
Transparent tiene algo especial, más allá de todos los premios, la humanidad con la que se ha tratado la historia de su protagonista – interpretada por Jeffrey Tambor- una mujer que comienza su transición y que se encuentra con las reacciones de su ex mujer y de sus hijos, ya adultos. La serie señala las dificultades a las que debe hacer frente la comunidad trans con un candor refrescante.
Queer as Folk
Aunque ahora veamos ambas versiones desde la distancia, y todo nos resulte un poco petardo (porque eran los noventa y los noventa eran así). Ambas Queer as Folk fueron extremadamente transgresoras en su momento poniendo encima de la mesa temas que sólo se habían tratado – si se había hecho- de forma tangencial y supeditada al sempiterno protagonista heterosexual de las series del momento. Les pasó lo mismo que a las series protagonizadas por una mujer: inmediatamente se las caracterizó de “series para” en vez de “series sobre”. Pero eso no fue culpa de dos series que lo que sí fueron fue valientes, muy valientes.
Skins
Este popular drama británico – y joya televisiva- es otra imprescindible. Por ejemplo, por primera vez tuvimos a un adolescente gay sin todo el drama innecesario (no está mal ver de vez en cuando a un personaje homosexual cuya trama no gira únicamente en torno al sufrimiento). Porque los dramas de Skins eran muy diferentes, porque se centraban más en los fallos de los padres y educadores que en los de los propios protagonistas y por el trato abierto y diferente que realizaba sobre la homosexualidad.
The L Word
Que oye puede parecerte mejor o peor serie, las chicas pueden caerte mejor o peor. E incluso puede que la consideres un truño absoluto. Pero The L Word dio visibilidad a una gran porción de población que al final por hache o por be acaba siempre en las sombras. Queer as Folk hablaba de la comunidad gay, pero en todas sus temporadas sólo vimos dos lesbianas, frente a una amplia galería de personajes masculinos. Esta serie de Showtime le dio la vuelta a ese porcentaje y sólo por eso ya hay que estarle agradecidos.
Ellen
Durante cuatro temporadas Ellen fue una sitcom como tantas otras, En el episodio 22 de la cuarta temporada Ellen salía del armario. A pesar de las amenazas de bomba al estudio y las protestas de grupos religiosos el episodio se emitió en 1997, con su protagonista pronunciando las palabras “Soy gay” accidentalmente a través del micrófono del aeropuerto. Fue uno de los mejores episodios de una sitcom aunque por desgracia fue un poco canto del cisne. La siguiente – y última- temporada la serie nos mostraba los primeros pasos de Ellen en su nueva vida con un severo “Parental advisory” estampado al principio de cada episodio, llevando así a la cancelación de la serie. Ellen fue valiente, fue original y fue divertida, y ayudó a empujar el carro de la visibilidad cuando muy pocos lo hacían. Así que es una imprescindible en esta lista.
Angels in America
A medio camino entre una miniserie y dos maxipelículas, Angels in America es sin duda una de las series de temática gay que han tratado el VIH de mejor forma. Visiones, ángeles y religión, unidos al tema del SIDA y del gobierno de Reagan. Esta serie de la HBO se llevó una cantidad de premios merecidos. Globos de oro a la mejor miniserie, a Al Pacino como mejor actor, a Meryl Streep como mejor actriz, a Mary-Louise Parker como actriz de reparto; premios Emmy a la mejor Miniserie, director, actor, aztriz, actor y actriz de reparto, entre otros; premios GLAAD, Grammys… Se lo llevaron todo de calle, y con razón.