Que Stranger Things ha sido uno de los éxitos del verano en lo que a series se refiere, es tan innegable como el hecho de que casi nos quedamos sin conocer a Mike y su pandilla. Para empezar Netflix salvó en el último minuto la serie creada por los gemelos Matt y Ross Duffer, después de que fuera rechazada por nada más y nada menos que más de veinte veces por varias cadenas. “Nos decían que lo convirtiéramos en un show para niños o sobre Hopper investigando la actividad paranormal que hay a su alrededor”, recuerda Matt en una entrevista publicada por «Rolling Stone». “Hubo una semana que todo lo que nos decían era que no iba a funcionar porque la gente no lo entendería”, añadía.
Por otro lado,la documentación fue extremadamente importante para conseguir ese ambiente tan perfectamente ochentero, dado que sus creadores son niños de los noventa. ya que nacieron en 1984, y sus recuerdos tienen mucho que ver con la década que empieza por nueve. “Pensábamos, mierda, nosotros jugábamos a Magic, pero en los ochenta ¿se había inventado?”, bromeaban. Sin embargo, ambos conocían a la perfección cómo era la infancia sin Internet ni móvil. “Fuimos la última generación que salía con sus amigos a jugar a la calle y a la que sus padres llamaban con un ¡Es hora de cenar! Además ya éramos frikis del cine y teníamos multitud de vídeos con películas de los ochenta que vimos una y otra vez”, añadían. De hecho, no necesitaron ver de nuevo los filmes en los que se inspira la ficción porque prácticamente se los sabían de memoria.
Cuando pensaron en el punto de partida de la serie, empezaron a leer sobre unos “extraños experimentos” realizados durante la Guerra Fría, el denominado Proyecto MKUltra, cuyo objetivo era controlar la mente. Y de ahí nació la idea de colocar a Eleven en el centro de un extraño experimento militar. “Queríamos que los elementos sobrenaturales tuvieran un origen científico”, apuntan los creadores. “Aunque suene ridículo, el monstruo no viene de un lugar espiritual, lo que le hace más oscuro. Yo no creo en fantasmas, creo en aliens y dimensiones alternativas”, concluyen.
Aunque nos pueda parecer sorprendente, estos experimentos fueron reales y tenían el beneplácito del gobierno estadounidense. En concreto, fue la CIA la que los estuvo realizando oficialmente durante la década de los 50 y en ellos trataban de conseguir nuevos métodos de interrogatorios y torturas que hicieran más fácil la labor de los sistemas de inteligencia. Como decía Mulder: la verdad está ahí fuera.
Las referencias en la serie son muy abundantes (y están integradas a la perfección en la ficción de Netflix). Steven Spielberg es, tras Stephen King, el segundo artista que más referencias ha recibido en Stranger Things, y junto a los homenajes a películas como E.T. o Encuentros en la tercera fase, hay que destacar los guiños a Tiburón.
Estos no están presentes solo por el hecho de incorporar un póster de la película o hacer que el jefe de policía Hopper lleve el mismo uniforme que el jefe Brody de esa misma película, sino que además, el policía que ayuda finalmente a los chicos tiene mucho de la personalidad desafiante que tenía el personaje de Roy Scheider en el clásico de 1975.
Pero no sólo de los 80 vive el hombre. Y ese es el caso de Mad Max: Furia en la Carretera que vino al pelo a los creadores de la ficción para que una de las actrices no se llevase tanto disgusto con el cambio de look. La cinta, considerada como la mejor película de 2015, es todo un referente, y cuando los hermanos Duffers le indicaron a Millie Brown, Once en la serie, que tenía que raparse el pelo, esta se negó por completo.
Con mucho atino, el equipo le dijo a la pequeña que de esa forma sería igual la Emperatriz Furiosa (Charlize Theron) en Mad Max, y así, por arte de magia, la chica se animó a tan radical cambio de look.
Terminamos con una nota esperanzadora (si no has terminado todos los capítulos, este párrafo no es para ti).Nada ha quedado al azar en Stranger Things. A los protagonistas de la serie les encantan los cómics (cuando no están jugando a D&D o con el Halcón Milenario), y en el primer capítulo se apuestan el nº 134 de los X-Men . Éste no es un cómic al azar, sino que se trata de una alusión a un posible regreso de nuestra querida Once. En esa entrega de los X-Men, volvemos a ver a Jean Grey después de su muerte, y no son pocos los que creen que esto es un guiño a que Once volverá de sus cenizas como el ave Fénix y el personaje homónimo de los X-Men. Eso y los gofres de sheriff nos animan a no dar a nuestro personaje favorito por perdido.
Por cierto, si queréis escuchar la excelente banda sonora de la serie, la tenéis toda aquí.
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