Analizamos LEGO Star Wars: El despertar de la Fuerza

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Con la Fuerza empezó todo, al menos si hablamos de LEGO y de la serie de títulos que TT Games ha ido colocando sin descanso en las estanterías de las tiendas desde 2005. Fue en abril de aquel año cuando precisamente un juego basado en la nueva trilogía de la saga cinematográfica creada por George Lucas asombró al público por su innovadora fórmula, que incorporaba una jugabilidad tan sencilla como eficaz. Un producto claramente dirigido a un público familiar que no tardó en quedar prendado del carisma y el sentido del humor de estas singulares figuritas.

Un año después, alentados por el éxito del juego, sus desarrolladores traían una segunda entrega que revivía las películas clásicas de Star Wars y que no tardó en fundirse con el original en un pack que daba el salto generacional a Xbox 360, PS3, Wii y las portátiles. A partir de entonces, personajes como Indiana Jones, Harry Potter o Batman han dejado su huella en el universo LEGO así como franquicias tan populares como El Señor de los Anillos, Piratas del Caribe o Marvel Super Heroes.

Pero como todo tiende a volver a su punto de origen, el regreso de la saga galáctica a los cines de la mano de J.J. Abrams y Disney le han dado a TT Games la excusa perfecta para recuperar una de las ambientaciones más queridas por los fans que, con el permiso del irregular LEGO Star Wars III: The Clone Wars, ya echaban de menos empuñar sus sables láser.

No cabe duda de que LEGO Star Wars: El despertar de la Fuerza es un título que se ha cuidado con esmero, que hace lo posible por respetar el espíritu de un sello tan notorio y alcanzar los estándares de calidad que todo buen aficionado exige y espera. Así pues, la historia de Finn y Rey ha sido trasladada con fidelidad para que todo lo que pudimos ver en la gran pantalla tenga su reflejo en el videojuego, aunque como era de esperar ciertas escenas han sido retocadas con el fin de adaptar la narrativa a la base jugable, que por cierto es la misma de siempre, y reinterpretar algunas de las escenas más dramáticas en pos de un mayor disfrute de los más pequeños.

Sorprende el gran número de misiones que componen la aventura, un total de 10 capítulos sin contar el brillante prólogo en la batalla de Endor que es todo un homenaje a los precedentes de El despertar de la Fuerza. Aparte, una vez avancemos en la historia desbloquearemos 5 misiones más que estarán relacionadas en mayor o menor medida con los sucesos del filme.

Aunque narrativamente no aportan tanto como cabría esperar, su diseño y extensión rivalizan con cualquiera de las principales, por lo que son un estupendo complemento y merece la pena disfrutarlas. De este modo seremos testigos de cómo Han y Chewie consiguen cazar a los peligrosos Rathtars, el viaje de Lor San Tekka portando los datos sobre el paradero de Luke Skywalker hasta su campamento en Jakku o el audaz rescate del almirante Ackbar por el piloto Poe Dameron. Además, aquellos que posean una copia del juego para PlayStation podrán descargar gratis un simpático DLC en el que por fin conoceremos el motivo por el que C-3PO luce el brazo rojo en la película, un relato que según parece será canónico.

Si completar la primera vuelta al juego nos llevará un buen número de horas –es necesario repetir las misiones en modo libre para hacernos con todos los minikits, ladrillos rojos y ladrillos dorados- viajar por la galaxia y visitar diferentes planetas también será una constante en LEGO Star Wars: El despertar de la Fuerza. No estamos ante un mundo abierto tan bien conectado como el de LEGO Jurassic Park o LEGO El Señor de los Anillos, sino más bien diferentes parcelas a las que accederemos a través de su selección en un mapa estelar.

Jakku, el árido mundo en el que Rey trabaja como chatarrera; Takodana, el lugar de residencia de Maz Kanata; el interior del Halcón Milenario; el refugio de la Resistencia o la base Starkiller son localizaciones que podremos recorrer con libertad, realizando encargos para los lugareños de lo más diversos como localizar y recuperar objetos, acabar con fuerzas enemigas o competir en carreras con vehículos entre otras. Tienden a hacerse muy repetitivas una vez has jugado muchas horas, pero estiran considerablemente la vida del título y reportan valiosos coleccionables.

Con cada nuevo desafío superado se añadirán nuevos personajes a nuestra plantilla, algunos más relevantes que otros, así como nuevas naves que podremos pilotar ya sea en su versión original o en modo microfighter, que no son más que miniaturas inspiradas en la colección de LEGO del mismo nombre y con las que tendremos la impresión de ir montados en algo así como coches de choque galácticos.

Aquellos que hayan jugado a otros juegos de LEGO, ya sean de Star Wars o no, reconocerán sin esfuerzo las mecánicas propuestas. Combatir contra múltiples adversarios, saltar de plataforma en plataforma, destruir los escenarios para recuperar fichas y piezas y construir ingeniosas estructuras que nos permitan avanzar son una constante en los niveles. La cooperación entre los héroes y el buen uso de las habilidades de cada uno de ellos es fundamental para realizar acciones concretas. Por ejemplo, Chewbacca puede lanzar explosivos, Poe utilizar sus prismáticos para detectar puntos débiles en el escenario, BB-8 cargar baterías a distancia y Rey encajar su bastón en engranajes para activar mecanismos. Hay muchas más, pero descubrir estas destrezas son parte de la experiencia.

Pese a la familiaridad que desprende el título, TT Games ha procurado introducir algunos aspectos novedosos en la serie y que por lo general resultan acertados. Uno de los más destacados son las construcciones múltiples, artefactos que puedes crear para causar un efecto determinado en una parte del escenario para acto seguido deshacerlo y reconstruirlo en otro lugar diferente. Seguir el orden correcto suele ser necesario para provocar la reacción en cadena que nos haga conseguir nuestro objetivo, aunque algunas veces probar las opciones alternativas nos servirá simplemente para recuperar minikits o realizar acciones tan inocentes e innecesarias como construir un columpio para nuestro droide y deleitarnos viendo cómo se balancea.

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También se han introducido tiroteos con blaster en los que, haciendo un guiño a juegos más adultos como Gears of War, deberemos refugiarnos tras las coberturas del escenario y asomarnos para disparar a nuestros oponentes. Es un añadido interesante y lo cierto es que son bastante disfrutables, especialmente porque adquiere una perspectiva que potencia la espectacularidad de los combates.

Eso sí, son las batallas aéreas las que resultan más atractivas. En vez de optar por el pilotaje desde una cámara fija lateral como en anteriores ocasiones, esta vez se ha dotado a estas fases de un estilo muy similar al de Rogue Squadron, dándonos una mayor libertad para ejecutar maniobras, derribar otras naves y zafarnos de nuestros perseguidores. Es un concepto muy arcade pero que le saca gran partido a momentos tan emblemáticos como ha huida en el Halcón Milenario por las ruinas de Jakku o el asalto de la Resistencia en Takodana.

Estas nuevas posibilidades evidencian que LEGO Star Wars: El despertar de la Fuerza posee un apartado técnico que ha dado un saltito respecto a anteriores entregas. No se puede decir que les saque todo el partido a los sistemas más punteros, pero se nota una mejora en la calidad de las texturas de personajes y escenarios, en la iluminación y en los efectos tan característicos de algunos niveles. Además, el trabajo para trasladar todos y cada uno de los elementos del filme es realmente loable, pues es poner un pie en una nueva localización y reconocerla al instante gracias a una reproducción llena de detalle.

El juego también es excelente en lo sonoro, con un audio en Dolby Atmos, una banda sonora que saca todo el partido a las partituras de John Williams y un doblaje en castellano de calidad y que cuenta con las voces de los actores del filme.

En conclusión, TT Games no ha querido reinventar nada. El estudio sigue confiando en su planteamiento de siempre sin ceder en aspectos tan discutibles como la baja dificultad de una aventura que apenas penaliza el fallo o la falta de un modo online que complemente las opciones del cooperativo local. Sin embargo, LEGO Star Wars sigue divirtiendo como el primer día, es tremendamente accesible para un público de cualquier edad y supone una apuesta segura para los fans por todo el cariño que sus responsables han depositado en este universo, en el que la cantidad de guiños y referencias resulta abrumadora.

Versión analizada: PlayStation 4

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