Rogue One, rebeldes con causa

rogue-one-a-star-wars-storyEs reconfortante que, después de tanto tiempo dependiendo de los viejos patrones formales, una saga tan colosal como Star Wars apueste aunque sea tímidamente por salir de su zona de confort en pos de ofrecer experiencias que, lejos de traicionar el legado de la franquicia, se acercan a géneros que no habían sido tocados anteriormente.

El que la película de Gareth Edwards prescinda de ese prólogo en forma de cascada texual tan característico de la saga no es sino una simple anécdota que nos da ciertas pistas sobre las pretensiones de una cinta que deja a un lado ese tono de space opera aventurera y romántica para abrazar la misma esencia del cine bélico más clasicista.

Es lógico que a la hora de desarrollar un relato de sacrificio en torno al heroico robo de los planos de la Estrella de la Muerte por parte de los agentes de la Alianza se haya rebajado en gran medida la jovialidad implícita en algunas de las entregas de culto. Como en El Imperio Contraataca, la película ha sido convenientemente oscurecida en esta ocasión desde una perspectiva muy interesante, la de un grupo de rebeldes resignados a llevar la guerra hasta las últimas consecuencias y obtener la libertad para la galaxia deponiendo al Imperio Galáctico con los medios que sean necesarios, los cuales con frecuencia no son tan loables como cabría suponer.

Rogue One es una propuesta valiente, pues arriesga allá donde el Episodio VII no pudo o simplemente no quiso. No se conforma con repetir el esquema narrativo de sus predecesoras, la falta más evidente del filme de J.J. Abrams, aunque tampoco significa que no realice un notable esfuerzo –a veces excesivo- por acoplarse muy dignamente a la mitología de Star Wars. De hecho sorprende el esmero con el que su conclusión, salpicada de inesperada nostalgia, enlaza con el inicio de Una nueva esperanza, lo cual sin duda entusiasmará a gran parte de los fans que quedarán bien saciados de guiños y referencias al nacimiento del fenómeno.

El reparto seleccionado para tomar las riendas de la función, con Felicity Jones y Diego Luna a la cabeza, es solvente y cumple con lo esperado. Desde luego no son los intérpretes con más garra que hemos disfrutado a lo largo de las diferentes entregas que han llegado a los cines, ni con más química. Tampoco se presta especial atención al villano, un tanto insípido, y todo esto pasa factura a la hora de valorar la epicidad de algunas de las escenas más significativas de la película, aunque por suerte será fácil encontrar suficientes alicientes como para disfrutar de todo lo que sucede en pantalla, ya sea el coqueteo de algunos personajes con el cine de artes marciales o la mera presencia de K-2SO, el androide que acompaña al grupo, cuya marcada personalidad aporta aire fresco a la mayoría de los diálogos.

Más allá de que los acontecimientos de la cinta se suceden de manera más que convincente hasta llegar a un clímax final en el que el ritmo se dispara, donde Rogue One resulta incuestionable es en la parte visual. No sólo por ese dilatado ejercicio de pirotecnia en su conclusión, desde luego una de las batallas mejor representadas que se han dado en este universo cinematográfico, sino por una serie de instantáneas que consiguen impactar en la retina del espectador con gran fuerza, como ese descomunal plano del montaje de la Estrella de la Muerte, o la superficie de un planeta desértico siendo devastado por el rayo de la mortífera estación espacial, o el cara a cara de la infantería rebelde con los AT-AT imperiales, que rememoran algunos de los enfrentamientos más icónicos de los primeros filmes. Hay alguno más, aunque desvelarlo sería una lástima para aquellos que todavía no hayan acudido al cine.

Como su propio título indica, estamos ante una historia de Star Wars, un episodio de carácter único concebido de la misma manera que gran parte de las obras que diversos autores llevan años publicando en forma de libros, cómics o videojuegos y que buscan rellenar algunos de los huecos argumentales más comentados de la saga y expandir un universo de gran riqueza para el deleite de los más acérrimos. Un excelente precedente para futuros proyectos que requieren de la batuta de cineastas sin miedo a desencorsetar una franquicia que debe seguir respaldando a aquellos dispuestos de aportar una mirada diferente.

 

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