Casey Affleck protagoniza esta película dirigida y escrita por Kenneth Lonergan y producida por Matt Damon que opta a 6 Oscars.
Este año los premios Oscars, que se entregarán el 26 de febrero, van de dramones. Y para dramones Manchester frente al mar. La película sigue a Lee Chandler en su regreso a su pueblo para cuidar a su sobrino cuando su hermano fallece.
Además de cargar con la responsabilidad de cuidar de su sobrino, los arreglos del funeral Lee tiene que enfrentarse a su pasado volviendo a su pueblo natal, donde todo el mundo le conoce y sabe lo que ocurrió.
Manchester frente al mar tiene atmósfera de película pequeña independiente y de autor. Se ambienta en un pequeño pueblo de la costa norte americana durante el invierno. Se siente y se respira el frío tanto del pueblo como del protagonista, que se ha aislado y alejado de toda emoción debido a algo ocurrido en su pasado. Esta frialdad, unida a pequeños toques de humor permite alejar un poco al espectador de la película, cargada de dramas. De este modo puedes verla e intuir el peso que llevan los personajes sin que te derrumben.
Aún así Manchester frente al mar es una película íntima, cercana sin artificios, que llega. Es emocional e inteligente. Es una película de perdedores que demuestra que no siempre se gana y está bien. No todo es ganar, hay otras cosas y no se desperdicia una vida por ello, que hay veces que aunque no se gane, se gana. Muestra que la gente tiene distintos ritmos y formas de aceptar hechos.
Casey Affleck está sensacional en la película, así como Michelle Williams, en un papel pequeño que borda. Los dos están merecidamente nominados a los Oscars junto a Lucas Hedges por sus interpretaciones.
Manchester frente al mar está nominada también a mejor película, pero más allá de los premios. Es una película magnífica que hay que ver.