Alex O’loughlin y Scott Caan protagonizan este remake de pura adrenalina que nada tiene que envidiar al original.

Hace unas semanas el amor por Alex O’loughlin me invadió, vi El Plan B y la serie Three Rivers en una noche y pensé ¿Dónde más puedo verle? La solución estaba ahí, mirándome sonriente: En Hawaii Five-0, seis temporadas y media para disfrutar del muchacho.

¡Y lo que estoy disfrutando! No la había vuelto a ver y la verdad es que es la mar de entretenida. Steve McGarrett y Danny Williams tienen ese rollito de las películas de tíos que se odian pero se quieren. Son adorables, son divertidos, son atractivos. Lo tienen todo.

Quiero un Steve McGarrett en mi vida. Es todo brusco pero tiene un corazón que no le cabe. Es protector, pero sabe que las mujeres también podemos defendernos nosotras mismas y no es nada machista. Es duro pero también vulnerable, y recto y estricto, y haría cualquier cosa por salvarte. Puro amor.

Me pasó la primera vez y me vuelve a pasar ahora otra vez. Empecé viendo Hawaii Five-0 por Alex O’loughlin y me encantó Scott Caan como Danny Williams, en la primera temporada de la serie incluso estuvo nominado al Globo de Oro. Y ahora solo pretendía ver las partes de Steve McGarrett pero las tramas de Danny Williams, la actuación de Scott Caan y la personalidad del detective me hipnotizan y acabo viendo sus partes y todo el episodio.

Hawaii Five-0 es fresca, entretenida, curiosa, llena de acción y con corazón. Y lo mejor, no va de nada y con eso gana mucho.