El Ministerio del Tiempo convierte a Hitchcock en el McGuffin perfecto

Volver al Ministerio es un poco como volver a casa. Lo dije durante el estreno de su segunda temporada y lo vuelvo a repetir: El Ministerio del Tiempo es un momento de felicidad semanal. La vuelta de esta tercera tanda de episodios ha vuelto a demostrar que artísticamente Olivares y su equipo pueden hacer prácticamente lo que les dé la gana – más por habilidad y creatividad que por facilidades y presupuestos- y el primer capítulo lo demuestra a través de planos maravillosos, homenajes cinéfilos uno detrás de otro y escenas impactantes.
Quizás, y no quiero que esto suene como una crítica porque es una impresión totalmente personal, mi único pero sea precisamente que todo gire en torno a Hitchcock. El director americano era un genio sin duda – aparte de ser un tirano- y está magníficamente interpretado por José Manuel Egido. Pero con sus rubias gélidas, sus McGuffin y sus juegos de apariencias siempre me ha parecido un poco distante y eso se ha extendido al resto de la trama. Era inevitable cuando conviertes al propio Alfred en uno de sus McGuffins y juegas con sus reglas del juego.

(Peligro de spoilers a partir de aquí)Por eso, tras ese comienzo apoteósico en la batalla de Teruel, con los aviones volando y las bombas estallando -esa batalla en la que no perdimos a Miguel Hernández, pero ahora sabemos que perdimos a Julián Martínez– una no podía hacer más que preguntarse cómo sería el poeta en el universo del Ministerio, de que hablaría con Julián, vamos que sé que no era posible pero mi alma ministérica clamaba por ver más de esa misión. Ah, Julian, que seguro que le miraste con admiración mientras te acordabas de Lorca y mascullabas sobre lo injusto que era todo. El Ministerio del Tiempo no será lo mismo sin ti.

Entre referencia cinéfila y referencia cinéfila y una vez nos hemos despedido del personaje de Rodolfo Sancho, el episodio sienta las bases para la trama de la temporada porque estamos seguros de que Marta va a dar mucho que hablar y de que seguramente Pacino se arrepienta de su decisión de dejarla ir al final del episodio.

¿Es jueves ya?

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