Mundialmente conocido por su papel de Steve Rogers, Capitán América, Chris Evans vuelve a su lado más independiente con una pequeña historia que habla sobre lo magnífico que es ser normal.
Un don excepcional o Gifted, su título original, trata sobre una niña con una mente privilegiada para las matemáticas y la lucha judicial entre su abuela y su tío por definir su futuro. Su tío quiere que crezca como una niña normal, yendo a la escuela con otros niños, jugando y conociendo el mundo más allá de las matemáticas. No tiene muchos lujos pero al menos sí infancia. La abuela quiere que desarrolle esa mente privilegiada, que saque todo el potencial que pueda y se la reconozca como un genio.
No os vamos a engañar, la película es sensiblera. Es como Yo soy Sam pero con tío normal y niña superdotada. Esta hecha aposta para el awww, y ¡qué monos! Pero en el fondo habla de algo tan sencillo y obvio que a veces se nos olvida lo necesario y excepcional que es. Y es dejar a los niños ser niños. Luego ya decidirán si quieren explorar y alcanzar todo su potencial pero para que puedan hacer eso es necesario dejarles jugar.
En Un don excepcional está exagerado, pero la idea no es descabellada. Vivimos en un mundo en el que nuestros niños tienen que ser los mejores y les ponemos deberes en clase más actividades extracurriculares, más deporte, más idiomas…y si por algún casual el niño falla o no llega a nuestras expectativas, le ponemos más profesores, tutores, clases, medicinas. Se nos olvida que son niños y que lo que tienen que hacer es jugar.
No hay mejor forma de aprender, de formarte como persona cuando eres un niño que jugando. Y lo peor de todo es que muchas veces son los adultos, como en la película, quienes deciden el futuro del niño sin ni siquiera preguntarle su opinión o escucharle cuando la dice.
Uno de los grandes triunfos de Un don excepcional es la relación del tío y la sobrina, es tierna, es divertida y tiene sus altibajos. Es lo que permite que la película sea sensiblera y le de un poco de frescura. Es una película para el verano, razón por la que la han estrenado cuando lo han hecho. Es sencilla, pequeña, no especialmente original, pero bonita y amable.