Maggie Jordan y Jim Harper eran periodista y productor junior de News Night con Will McAvoy en The Newsroom, una de las mejores series de los últimos años, que nos mostraba el buen hacer del periodismo. Maggie Jordan y Jim Harper eran inteligentes, divertidos, buenos periodistas pero cuando estaban juntos se convertían en adolescentes sin cerebro, eran cansinos e insoportables y rebajaban la calidad de la serie.
El personaje de Maggie Jordan comenzó siendo la becaria con potencial, ilusionada en su trabajo y leal hasta la médula. Era el personaje con el que todo estudiante de periodismo se identificaría. En el segundo que apareció Jim Harper tropezándose con las bolsas de Mackenzie McHale supimos que iba a ser la pareja que nos iban a imponer en la serie. Y no nos importó, durante un tiempo, los primeros tres episodios de The Newsroom.
Jim Harper y Maggie Jordan eran monos juntos, divertidos, nos recordaban a otras parejas de la televisión. La relación tenía dificultades: Maggie estaba con Don Keefer, el supuesto novio malo al que después descubrías y te caía mucho mejor que la chica, así que Maggie no quería reconocer que sentía algo por Jim y le obligaba a salir con su mejor amiga. Luego se enfadaba porque Jim la cagaba una y otra vez con la chica porque Jim a la que quería era a Maggie.
La trama que supuestamente debía ser fresca, entrañable y divertida; dirigida principalmente al espectador veinteañero, se convertía en una tontada superficial que te cabreaba. Especialmente ese final de la primera temporada de The Newsroom intentado emular a las chicas de Sexo en Nueva York como si Maggie Jordan pudiera ser Carrie Bradshaw.
Lo peor de todo es que los personajes por separado funcionaban y funcionaban muy bien, incluso funcionaban en alguna que otra escena que aparecían juntos o en grupo. Ahora, les ponías tramas juntos, sobre todo en torno a su relación, y la cosa cambiaba completamente. Era como si fueran cuatro personajes. Dos funcionan y dos son idiotas y muy pesados. No es que los actores no tuvieran química, no es que los personajes no pudieran funcionar como amigos, pero como pareja fallaban. Sin embargo era la relación impuesta desde el minuto uno junto a la de Will McAvoy y MacKenzie McHale, solo que esta era una relación adulta con sus problemáticas, tonterías y ternuras y funcionaba.
La de Maggie Jordan y Jim Harper era una relación que no funcionaba ni cuando se buscaban el uno al otro, ni cuando estaban juntos, ni cuando si pero no. Así los guionistas tiraron por otro lado y sorprendieron con otra relación que sí funcionaba, la de Sloan Sabbith y Don Keefer, que era todo lo que la relación de Maggie Jordan y Jim Harper pretendía ser.
Como Maggie Jordan y Jim Harper era la relación impuesta tenían que acabar juntos, tenían que estar juntos. Así que les daban tramas, les separaban, les ponían otras parejas y al final les volvían a juntar porque tenían que acabar juntos, aunque todos sabíamos que era una pareja que no iba a funcionar.
A veces ocurre, no es problema del guión, ni de los actores, o los personajes; simplemente hay veces que los personajes y las historias evolucionan y crecen hacía un lado que no habías imaginado. A veces salen bien y otras no. Este es uno de esos casos en los que no sale bien, no importa lo tercos que fueran los guionistas y el empeño que le pusieran era una trama que no funcionaba pero que había que seguir con ella. Lo llevaron lo mejor que pudieron y la consiguieron sacar adelante y terminar con cierta dignidad pero todo el mundo sabía que era una de las cosas que fallaba en la serie.