Todo amante de los mutantes pasa por diferentes fases: aquella en la que te sientes que Charles Xavier tiene razón y hay que trabajar por la integración de mutantes y sapiens; otra en la que sólo puedes pensar que Magneto es el que está en lo cierto y que deberían erradicar a los humanos de la faz de la tierra (olvidando convenientemente que tú no eres mutante); una tercera en la que descubres que bonito es el color gris y por último esa en la que te preguntas por qué han intentado venderte los Inhumanos como los nuevos mutantes.
The Gifted no se esfuerza mucho en hacerte olvidar que estás viendo una versión menos ambiciosa de La Patrulla X cinematográfica, pero eso pese a lo que pueda parecer juega a su favor. Primero porque en sus ansias por espectacularidad las películas a veces se olvidan de que realmente lo que nos interesa de las historias de mutantes es esa sensación de no encajar, de rechazo por una parte de ti mismo que ni puedes ni quieres cambiar. Esa sensación que todos – unos colectivos más que otros, también es verdad- hemos tenido en algún momento de nuestras vidas.
Así en la serie de FOX podemos ver a todos los personajes luchando consigo mismos a la vez que plantan cara a lo que hay fuera, y no hay nada que sea más fiel al espíritu de nuestros queridos cómics de la patrulla que esa sensación de no saber exactamente qué tienes que hacer a continuación. de preguntarse a uno mismo si el monstruo es uno o todos los demás. O quizás ninguno es el hombre del saco, quizá todos tengamos algo de terrible y algo bueno dentro. ¿Veis? Las fases.
Pero The Gifted no se olvida que es una ficción sobre superhéroes y en un entorno en el que la Patrulla X está oculta/desaparecida no escatima en habilidades especiales, poderes fuera de control, y centinelas.
En definitiva, el producto de FOX es una serie a la que los amantes de las historias de los mutantes y la Patrulla X deben dar al menos una oportunidad.