Lazos Ardientes: Ellas matan –y aman- mejor (I)

Toma primera

En los años noventa los cineastas contaban con la distancia necesaria como para reconstruir a su manera las historias de siempre, al gusto de las nuevas generaciones de espectadores, que aportaban su total complicidad. Las mujeres, esas convidadas de piedra que tradicionalmente habían sido encasilladas en el papel de víctima propiciatoria o damisela en apuros, nos iban a demostrar que podían ser mucho más que eso. Y todo ello se ve en Lazos Ardientes, donde ellas matan –y aman- mejor.

Violet (la sabrosa Jennifer Tilly) es una sofisticada prostituta de apariencia frágil y sensual, que vive retirada gracias a su hombre, el mafioso Caesar (patibulario Joe Pantoliano). Todo parece ir a la perfección; los negocios no hacen otra cosa que crecer, hasta que aparece la ruda Corky (afilada Gina Gershon), una ex presidiaria con gran habilidad para los trabajos duros, que se encarga de los arreglos de fontanería en el piso contiguo.

Violet no tardará en reparar en la recia belleza de Corky, su pelo corto, siempre vestida con camisetas de tirantes y sucios vaqueros. Bastará una sola mirada cargada de complicidad para que entre ellas nazca el deseo y el amor. Lo harán todo con tal de defender su destino, caiga quien caiga. ¿Quién habló del sexo débil?

Por David G. Panadero.

 

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