GLOW muestra sus mejores movimientos en su segunda temporada

La purpurina, los maillots, los cardados, las hombreras… Glow sigue siendo puro espectáculo en su segunda temporada. y nos sigue permitiendo echar un vistazo entre bambalinas, a todo aquello que pasa por debajo de la brillantina. Porque las hombreras pueden pasar de moda, pero la naturaleza humana no cambia. Aunque a veces sea tan dañina como esa horrible sombra de ojos azul cielo que todo el mundo se empeñó en decir que era favorecedora en los ochenta.

Es decir, en Glow vemos a personajes que intentan hacerlo lo mejor que pueden con lo que tienen sin conseguirlo del todo. Vemos a Sheila enfrentarse a su fobia social, cómo se forjan amistades – o más que amistades- y cómo otras se fragmentan, se reformulan y se vuelven a formar sin que sepas muy bien si es bueno que se hayan recompuesto. La vida, vamos. Pero sobre todo vemos a mujeres navegando en un mundo que no ha sido creado para que ellas se muevan cómodas. El mundo  del espectáculo no es amable con nadie, pero si no eres un hombre blanco con dinero, aún menos.

Al final, GLOW va de un grupo de mujeres que intentan encontrarse a sí mismas y hacer arte y eso en el entorno de la lucha libre implica directamente convertirse en todos los estereotipos que las sociedad les ha lanzado: pin ups, las novia de américa, arpías, brujas, vagas… El show de Netflix no huye del hecho de que es un hecho que las objetiviza, que ellas intentan convertir en algo que las empodera y que a veces es las dos cosas a la vez.

En el cuarto episodio Tammé Dawson (Kia Stevens), la Reina de la Beneficencia, no está muy segura de contarle a su hijo, estudiante de Harvard, en qué consiste su trabajo en Las maravillosas damas de la lucha libre. Es incómodo ver como observa el chico observa el espectáculo que convierte a su madre en un estereotipo racista mientras el público se desgañita gritando “¡Consigue un trabajo!” . Pero no nos engañemos la Reina de la Beneficencia es fuerte, tiene carácter y no se disculpa por nada. El público adora verla. Así que el show, y el hijo de Tamme, no apartan la mirada de ninguna de las dos cosas. “Tenías razón, es ofensivo” le dice. Pero también, “¿Lanzaste a esa chica blanca al otro lado del ring? ¿Cuándo te convertiste en alguien tan fuerte?”.

La vida es compleja y GLOW también. Pese a carecer de la fuerza arrolladora de la temporada anterior, la serie de Netflix llama la atención sobre muchos temas muy relevantes hoy en día como el movimiento #Metoo o la la importancia de una representación positiva en los medios de muchos colectivos que no la tienen. Y todo lo hace manteniendo un sentido del humor muy afilado y mucho corazón.

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