¡Peligro, spoilers!
El episodio de despedida de Rick Grimes de The Walking Dead. Nunca pensé que escribiría esta frase mientras la serie siguiera en antena. Pero aquí estamos cientos de Caminantes más tarde Andrew Lincoln se ha ido. Un poco. Que parece ser que están preparando una película sobre el universo con él de protagonista. Como si nos interesara lo que pueda hacer Rick lejos del Team Family. Pero eso es otro tema y deberá ser tratado en otra ocasión. Lo que ahora nos ocupa es que el capítulo que debía decirle adiós estuvo compuesto por 40 minutos de (casi) todo lo que nos gusta de The Walking Dead… y 5 minutos que nos recordaron porqué los fans están tan enfadados últimamente.
Rick Grimes no se va en un enfrentamiento con Negan, o contra los Susurradores. Rick se va después de una caída tonta de caballo e intentando que el sueño por el que se sacrificó su hijo salga adelante. Ambos Grimes mueren por un tropezón y grandes ideales. De tal palo tal astilla o en este caso de tal astilla, tal palo.
Rostros conocidos de la serie que vienen a ayudar a que el protagonista, o más bien a los espectadores, con el hecho de que Rick Grimes se muere. Hershel y su “tranquilo, mi hija es fuerte”, Sasha llena de la sabiduría trekkie afirma que “esto no es sobre ti o sobre mi, es sobre todos”, vale, Gimple, intentaremos no montar en cólera porque el protagonista de la serie se vaya si Sasha nos lo pide así de bien. Shane también vuelve y hace ilusión volver a verle porque era un capullo sí, pero de los capullos más interesantes que nos ha dado la serie y casi olvidamos que Rick cuando cree que se muere no ve ni a Lori ni a Carl porque sí ve a Michonne y a Daryl y nos regalan una escena digna de los Rohirrim acudiendo al rescate de Gondor. Sangre y honor, lealtad y amor. Y Rick, el hombre que sentenció “esto ya no es una democracia” muere intentando salvar la idea de la sociedad, de la convivencia, de la cooperación y de la libre elección. No será épico, pero te desgarra el corazón de la forma correcta.
Pero luego resulta que no. Que la epicidad se va por el retrete entre un montón de despojos de caminante porque Rick está vivo, se lo llevan en helicóptero. Siempre he dicho que cuando escribes un libro, sacas adelante una película o creas una serie la historia es tuya para mejorarla o estropearla como te dé la gana. Y en el caso de las ficciones televisivas que duran tantos años también hay que tener en cuenta los imprevistos, las broncas (grandes o pequeñas) derivadas de la convivencia entre el equipo y con el hecho de que los actores son gente que tienen vida e igual después de ocho años les apetece hacer otra cosa que no sea matar zombies en Atlanta. Pero qué mínimo que no perderle el respeto a tu espectador. El recurso de “sorpresa, ha sobrevivido a un empalamiento, una cabalgada desangrándose por el bosque, a una horda de zombies y a una explosión” es un recurso vago, irrespetuoso y que te deja delante de la televisión con la sensación de que te han tomado el pelo. Hay que ser valiente con las decisiones narrativas que uno elige, matar a Carl fue un error, pero al menos fueron consecuentes con el camino elegido.
Menudo timo de episodio