You: no podrás dejar de mirar

Uno acaba You con ganas de cerrar todas sus cuentas en redes sociales. Como si la culpa de todo la tuvieran esas ventanas al mundo abiertas, sin cortinas, y no aquellas personas que acechan en las sombras mirando por ellas. Más que nada porque, por muy adictiva que sea la serie de Netflix, deja de pasar la reflexión de la dependencia que tenemos por la valoración de extraños mientras exhibimos nuestra vida a cambio de cariño en forma de likes, sin ser conscientes de los riesgos – o sin querer serlo- para acabar convirtiéndose en una película de por la tarde de antena tres. De que engancha no hay duda, de que podría haber sido mucho más tampoco la hay.

Penn Badgley interpreta al que bien podría ser la evolución natural de Dan Humphrey de Gossip Girl. Joe Goldberg: Trabajador, un poco snob, amante de los libros, aparentemente amable, con la firme creencia de que el es el “buen chico” pese a tener poca consideración por el derecho a la intimidad de los demás y que se enamora de una misteriosa rubia. El mayor acierto de You es que en las primeras infracciones de Joe no terminas de ver donde está la gravedad del asunto, entre otras cosas porque él te lleva de la mano y ¿quién no ha intentado cotillear en instagram a ese chico o esa chica tan guapos que conoció el día anterior? Tampoco es para tanto ¿no? El chico además parece ser el único que se preocupa por el pobre niño maltratado que tiene de vecino. No puede ser tan malo aunque tenga un desliz aquí y allá. Así que no es hasta que la realidad te golpea en la cara cuando ves todas las alarmas que se te deberían haber encendido por el camino. Y deberían haberse encendido desde casi su primera frase “llevas pulseras que tintinean, te gusta llamar la atención”. Porque tú lo digas, Joe.

Elizabeth Lail es el objeto de deseo, una Guinevere Beck que corre el riesgo de ser tan odiada como la pobre Skyler White. No porque ella sea especialmente terrible, tiene los problemas normales de una persona con baja autoestima y una gran ausencia de cortinas para vivir en un bajo en pleno centro de Nueva York. Beck ha desesperado a la mayoría de los espectadores porque, pese a los intentos de Joe, tiene agencia propia. Por aquello de que es una persona y no una marioneta. Y tú ves todos los acontecimientos filtrados por Joe. Si a eso le sumas esa cierta misoginia internalizada que tenemos todos internalizada por la que perdonamos todo a los personajes masculinos, especialmente si son guapos y/o irónicos, mientras que los femeninos apenas cuentan con margen de error…

En definitiva, You tiene la cantidad justa de petardeo para ser adictiva junto con la sátira y el sentido del humor necesarios para que tengas la sensación de ver algo que te está haciendo reflexionar. No será la serie del año, pero desde luego son horas de entretenimiento asegurado.

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