Alcanzar el éxito con una serie de televisión es un proceso largo y arduo. Son muchas las producciones que tienen que lidiar con importantes modificaciones incluso después de haber debutado en la pequeña pantalla, variando aspectos importantes de su premisa o de algunos de sus protagonistas. No estamos hablando de personajes que sufren un cambio de actor en el momento más inesperado, pues se trataría de una alteración puramente estética, ni de aquellos que con el paso de las temporadas experimentan una evolución causada por una determinada sucesión de acontecimientos, como sería el caso de Carol de The Walking Dead o de Sansa en Juego de Tronos.
En este artículo nos referimos a aquellos que, de manera injustificada, cambiaron su personalidad hasta convertirse en alguien muy diferente al que conocimos en un primer momento. Caprichos de unos guionistas que quisieron reforzar su aportación a la serie potenciando ciertos rasgos diferenciales o bien aprovechar su creciente popularidad para dotarle de un mayor recorrido en la ficción.
A continuación os listamos algunos de los casos más llamativos.
Bernadette – The Big Bang Theory
El personaje de Bernie fue introducido en la serie para lograr lo que a muchos nos parecía imposible, que el libidinoso Howard Wolowitz sentase la cabeza. Comenzó siendo una chica dulce y sencilla, incapaz de alzar la voz o de proferir cualquier clase de improperio mientras ayudaba a Penny a servir mesas en Cheesecake Factory. Pero tras colgar el delantal para trabajar en una importante compañía farmacéutica y verse con un anillo en el dedo parece que la joven dejó salir a su bestia interior convirtiéndose en una persona muy distinta. La Bernadette de las últimas temporadas de la ficción es gritona, muy irritable y aprovecha cualquier oportunidad para tratar a su marido y a sus amigos con cierto desdén. Incluso da un poco de miedo, lo cual es bastante sorprendente teniendo en cuenta las reducidas dimensiones de la actriz Melissa Rauch.
Joey – Friends
No cabe duda de que los seis amigos más famosos de la televisión cambiaron mucho a lo largo de sus diez temporadas en antena. Sin embargo, siempre nos ha llamado la atención el caso de Joey Tribbiani, un guaperas que fue perdiendo coeficiente intelectual a medida en que avanzaba la serie. Es cierto que su aura de galán empedernido nunca la perdió, siendo un potente imán para las mujeres desde el primer episodio hasta el último. Sin embargo, no sólo se fue deshaciendo de gran parte de su sofisticación sino que además sus razonamientos se antojaban cada vez más delirantes. No nos podemos quejar pues el humor absurdo que destilaba el personaje nos regaló algunos de los mejores gags de la sitcom, pero lo cierto es que el bueno de Joey acabó siendo el tontaina del grupo.
Spike – Buffy Cazavampiros
Da igual a cuál de los cientos de seguidores de la serie de Josh Whedon preguntes, todos te dirán que el personaje interpretado por James Marsters es uno de los más icónicos y queridos del buffyverso. Spike nunca perdió un ápice de su particular estilo macarra, paseándose por los callejones de Sunnydale con esa gabardina de cuero y su pelo engominado mientras repartía por doquier miradas displicentes y pendencieras. Durante un par de temporadas fue un villano a tener en cuenta y su sed de sangre puso en graves aprietos a la Cazadora y a su grupo. Tras ser derrotado y siendo un paria entre las criaturas de la noche el vampiro pareció cansarse de tanta fechoría conformándose con vivir razonablemente bien en su cripta sirviendo de confidente a aquellos a los que no hacía tanto había jurado matar. Mucho antes de recuperar su alma Spike ya pecaba de ser todo un buenazo con una vis cómica muy acentuada. Aunque nunca quisiese admitirlo.
Michael Scott – The Office
La transformación del personaje de Steve Carell tras sólo una temporada de emisión fue bastante sutil pero también muy significativa. Michael representaba lo peorcito que podríamos esperar de un jefe, un sujeto egocéntrico y ciertamente desagradable que hacía uso de su autoridad para colocar a sus empleados de Dunder Mifflin entre la espada y la pared con la inestimable ayuda del adulador Dwight. Por fortuna los responsables de la serie se dieron cuenta de que a los espectadores les resultaba imposible empatizar con él, de modo que decidieron flexibilizarlo haciéndolo mucho más interesante y divertido. Sí, seguía siendo incompetente, inmaduro y profundamente egoísta, pero también daba muestras de tener su corazoncito y apreciar a aquellos con los que compartía oficina. El Michael de la primera temporada jamás le hubiese comprado el cuadro a Pam en uno de los capítulos más enternecedores de la serie.
John Locke – Perdidos
Charlie no bromeaba cuando afirmaba que si tenía que confiar en alguien para salir de aquella maldita isla ese era sin duda John Locke. Claro que se refería al John de la primera temporada, todo un Cocodrilo Dundee entrado en años que se desenvolvía en la jungla como pez en el agua y se mostraba imperturbable incluso en los momentos más desesperados. Por desgracia el personaje fue perdiendo gran parte de esa seguridad en sí mismo que fascinaba a los espectadores, lo cual no gustó ni siquiera al propio Terry O’Quinn. El superviviente del vuelo 815 de Oceanic acabó acumulando más preguntas que respuestas y al final dio la impresión de que este supuesto héroe no fue más que un pobre desdichado, una marioneta de los poderes que se enfrentaban por el dominio de la isla.
Phoebe Buffay – Friends
El personaje de Lisa Kudrow sigue siendo el favorito de muchos fans de Friends, aunque es probable que la mayoría de ellos recuerden sus grandes ocurrencias una vez superadas las primeras temporadas. Phoebe adquirió un carácter explosivo, no se cortaba un pelo a la hora de decir lo que le pasaba por la cabeza y poco a poco le fue cogiendo el gusto a tomar el pelo a sus amigos. Nada que ver con esa hippy tan cándida que revoloteaba alrededor de Mónica en los inicios de la serie, mucho más inocente y que no solía recurrir al sarcasmo ni siquiera cuando se lo ponían en bandeja. Entendemos que los guionistas quisieran darle más juego aunque eso significase sacar el diablillo que llevaba dentro.
John Murphy – Los 100
Otro que se desprendió de un plumazo de su lado oscuro. Y no era fácil, de hecho resulta complicado olvidar que fue él quien asesinó a Connor y a Myles poco después de que los 100 originales aterrizasen en el planeta. También intentó acabar con Bellamy y con Raven, aunque el tiro le salió por la culata. A partir de la tercera temporada y tras ganar un inesperado protagonismo abandona muchos de los malos hábitos de su etapa más turbia y se convierte en un miembro valioso del grupo. Sigue siendo bastante impredecible, pero al final suele acabar haciendo lo correcto.
Leslie Knope – Parks & Recreation
La culpa de todo la tuvo una huelga de guionistas, la cual propició la revisión del personaje tras la primera tanda de capítulos. Leslie pasó de ser una perdedora sin talento alguno a una optimista sin remedio, algo que enamoró a una audiencia que hasta entonces la consideraba de lo más molesta. No nos extraña que Amy Poehler se aferrase a un papel que no sólo ha marcado su carrera sino que además ha logrado convertirse en todo un referente televisivo. Tal vez no empezase con buen pie pero desde luego consiguió insuflar nueva vida a la comedia.